Antídoto

Marisú Ramírez
Pareciera de poca importancia, desafortunadamente no lo es; me refiero al mal del siglo: La depresión maniaco-depresiva o también llamado desorden del humor.

El comportamiento al que me refiero se confunde, en primer momento como un periodo de felicidad, los escenarios son con amigos al momento de beber algunas copas de vino; dan la impresión de estar conformes con lo que viven y desarrollan, realmente su contacto con la realidad es efímero, se disipa rápidamente.

Cuando se platica con este tipo de personas de inmediato se detecta el desorden mental, sus comentarios están fuera de lugar con relación a los temas que se tratan; sus contactos con amigos o colaboradores es superficial y sin reflexión alguna, exponen su pensamiento en medio de fantasías y luego caen en conflicto. No se puede olvidar que esta manía es sumamente regresiva.

Consecuencia de una época complicada, ellos son producto de contextos desintegrados, tanto en lo interno como en lo externo, en este sentido se afirma por los especialistas que llegan a limites esquizofrénicos, de esto hay evidencia científica. Las reacciones maniacas-depresivas son excitaciones psicóticas, caracterizadas por una sobreactividad y en busca de una autoafirmación delirante, es un comportamiento simulado de gozo, no escapa de esquemas de infantilismo, jamás olvida en sus acciones el poder que cree tener para dominar a los cercanos.

Este padecimiento es generado por presiones laborales, amorosas, sociales; y no respeta cultura, educación, ni economía. Antaño cuando una persona depresiva se suicidaba se daba una explicación comprensible, más si ésta estaba atravesando por escenarios de enfermedad o tristeza comprobable; hoy este comportamiento de arrancarse del mundo de los vivos se detecta en adolescentes y jóvenes que no rebasan los 24 años; existen evidencias de esto que expongo (se considera la tercera causa de muerte).

Este padecimiento se detecta cuando el que lo enfrenta va de la sonrisa a la ira sin razón alguna. La lucha interna que libran es perversa; momentos de alegría y tristeza, sonrisas y llanto ante la imposibilidad de ser ellos, cualquier momento que consideren vaya en contra de su actitud bonachona los detona fuera de límites permisibles. Al no reconocer esta debilidad se sumergen en conflicto permanente.

Es un tema espinoso, aunque no debe escapar de la necesidad impostergable de frenarlo; no se puede ir del gozo a la tristeza, un desasosiego que los especialistas en “emociones” llaman alteración del alma. La OMS ha señalado en sus reportes, debidamente sustentados, que para 2020 podría la depresión convertirse en la segunda causa de incapacidad laboral.

El médico-siquiatra español Enrique Rojas, quien ha vendido más de tres millones de sus libros sobre problemas mentales derivados de este siglo (best seller) con sus obras llama a reencontrase con la felicidad, fuera de materialismos superfluos, es necesario examinar nuestra conciencia.

La Energía Universal libera alma, cuerpo y mente de los viejos esquemas lo que es totalmente fundamental en estos momentos. La vida otorgada por el Creador es un privilegio, un misterio, para muchos el más grande encargo, el cual a diario nos mueve en este apasionante siglo, con todo y sus contradicciones no debe convertirse en una bofetada como la que provoca la inestabilidad del alma, ese antídoto está en la aplicación de los principios de la Energía Universal, en varias partes del mundo ya es una práctica cotidiana para mitigar diversos padecimientos insoportables como la depresión.

Experimentar la presencia de la Energía Universal al reconocerla como el mejor antídoto llevaría al bienestar y, sobre todo a disfrutar la existencia fuera del dolor, la enfermedad y los aspectos efímeros. Leo Zuckermann expresó con precisión: “La depresión mata”. Mata a los que transitan sin saberlo de la tristeza a la depresión y a los crónicos que, a pesar de los medicamentos, nunca pueden regresar a la superficie, atrapados en las mortales arenas movedizas de la depresión. masryram@msn.com

Tema de Interes

Preparan la novena edición de Letras en la Mar

Después de ocho emisiones y precedido por poetas como José Emilio Pacheco, Juan Gelman, Emilio …