Los equipos de rescate continuaban buscando este miércoles a los pasajeros del crucero con más de 450 personas a bordo que el lunes por la noche se hundió en el río Yangtsé, en el centro de China, probablemente a causa de un pequeño tornado.
A media tarde del miércoles, el balance de víctimas era de 14 supervivientes y 19 muertos, algunos de los cuales fueron encontrados a unos 50 kilómetros río abajo del lugar del accidente, y de 14 rescatados. Un anterior balance daba cuenta de 18 fallecidos.
La búsqueda de cuerpos se ampliará hasta la ciudad de Wuhan (centro), 220 kilómetros más al sur, anunciaron este miércoles las autoridades, citadas por la televisión estatal CCTV.
En el lugar del naufragio, bajo una lluvia intensa, los equipos de rescate con el apoyo de un centenar de buzos continuaban registrando el casco del “Dongfangzhixing” (“Estrella de oriente”), que se hundió a 15 metros de profundidad.
El navío cubría la ruta entre dos antiguas capitales chinas, Nankín (este) y Chongqing (centro) y naufragó en la región de Jianli (provincia de Hubei).
Según la Oficina Estatal de Meteorología, un tornado golpeó brevemente la región de Jianli, acompañado de vientos de más de 117 km/h y de precipitaciones de más de 64 mm en una hora.
El tornado duró entre 15 y 20 minutos, a la hora en la que el navío naufragó, aunque la oficina no precisó su localización ni su trayectoria exacta.
Esto coincidiría con la versión de los dos rescatados, el capitán y el ingeniero jefe, que declararon que el barco había sido tomado por un “tornado”. Los dos hombres estaban en manos de la policía para las labores de la investigación.
– Pocas esperanzas –
Con todo, las esperanzas de encontrar supervivientes parecían ínfimas el miércoles.
En Shanghai, de donde eran originarios un centenar de pasajeros, los allegados de los desaparecidos se dejaron llevar por la cólera el miércoles ante el ayuntamiento, indignados por la falta de noticias.
Un vivo enfrentamiento tuvo lugar con las fuerzas de orden, que querían dispersarlos, contaron los allegados a la AFP.
En un hospital de Jianli, una pareja buscaba desesperadamente a un tío y una tía desaparecidos en el naufragio.
“Hemos conducido toda la noche” desde Nankín, a 750 kilómetros, declaró la mujer. “Su hijo pudo acudir al lugar del drama”, señaló, agregando: “no sabemos gran cosa”. Muchos familiares se quejaban de la poca información aportada por las autoridades.
Desde el Vaticano, el papa Francisco envió un mensaje de pésame “al pueblo chino en este momento difícil”, asegurando que él “rezaría por las víctimas, sus familias y todos los implicados en las tareas de rescate”.
– Labores de búsqueda –
El acceso al lugar del naufragio está estrictamente controlado, con cordones policiales situados a dos kilómetros de la zona.
Según una directiva de las autoridades publicada por el medio independiente China Digital Times, “toda cobertura (del naufragio) debe utilizar información publicada por medios reconocidos” por las autoridades.
El barco se hundió en menos de dos minutos con 456 personas a bordo, la mayoría jubilados, según un registro oficial que incluye a los pasajeros y a los miembros de la tripulación y que no menciona ningún extranjero.
A la espera de los resultados de la investigación, el ministerio de Transportes indicó que el barco, con una capacidad total de 534 personas, no estaba sobrecargado.
“Mientras exista una esperanza, daremos el 100%, sin abandonar”, afirmó el ministro chino de Transportes, Yang Chuantang.
Los socorristas acuáticos deben enfrentar fuertes corrientes y una ausencia casi total de visibilidad, indicó en televisión un responsable de salvamento, Zhang Jianxin.
China lanzó una importante operación de rescate supervisada por el primer ministro Li Keqiang y en la que participan miles de personas.
Las autoridades disminuyeron el caudal de las turbinas de la famosa represa de las Tres Gargantas, situado aguas arriba en el Yangtsé, el más largo de Asia (6.300 km), para facilitar las operaciones de los socorristas acuáticos.