Diez cosas que no sabías de los piercings

¿Dónde te gustaría tener un piercing: en el ombligo o en los labios? ¿Te atreverías a llevarlo en tus genitales Dicen los expertos que, independientemente del lugar donde decidas ponerte este adorno, es importante que sepas cuáles son los riesgos de hacerlo.

Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Dermatology revela que en el 20% de los casos se producen complicaciones como infecciones y sangrados locales.

Joyería que seduce y te expone a peligros…

De la mano de expertos de la Fundación Mexicana para la Dermatología, de la Sociedad Española de Periodoncia y de otros especialistas como Anne Laumann, investigadora de la facultad de medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago, te revelamos 10 cosas que nos sabías de los piercings.

1. Si has tomado la decisión de hacerlo, es muy recomendable buscar a un profesional que tenga un establecimiento autorizado por la Secretaría de Salud Federal (Ssa),  cuyas regulaciones exigen determinadas medidas de higiene, uso de guantes y equipo desechable.

No permitas que utilicen pistolas de perforación ya que éstas no pueden ser esterilizadas en la autoclave, un dispositivo que sirve para esterilizar material médico o de laboratorio.

2. Evita el oro, la plata o el níquel/cromo para el arete o joya que vas a usar como piercing. Se cree que es más seguro el acero quirúrgico, el niobium o el titanio, siempre y cuando cumplan con un completo proceso de esterilización.

3. Después de un piercing es frecuente la presencia de cicatrización anormal con formación de queloides (piel fibrosa, antiestética y en ocasiones dolorosa) e infecciones locales. Estas lesiones suceden normalmente cuando la perforación es en orejas, nariz, labios y ombligo.

4. Si la perforación se realiza en la lengua puede ocasionar alteración en dientes o encías y en caso de ocurrir inflamación de la lengua esta puede obstruir el tracto respiratorio.

De acuerdo con el médico David Herrera, vicepresidente de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), cuando el piercing se inserta en la lengua, existe un importante riesgo de hemorragia, ya que este órgano tiene muchos vasos sanguíneos.

5. Al cabo del tiempo, los adornos de la lengua y la boca también provocan otros daños como fisuras, abrasiones, pigmentaciones, úlceras, crecimiento exagerado del tejido cicatricial o depapilación, es decir, pérdida del triángulo de encía que hay entre diente y diente.

En palabras de Herrera, “a largo plazo, empieza a acumularse en el piercing placa y sarro, se acumulan bacterias y se inflaman los tejidos de alrededor, lo que supone una causa de halitosis”.

6. Un estudio publicado en ‘Dental Traumatology’,  revela que al menos un 35% de las personas con piercing en la lengua o en los labios experimentan recesión gingival (pérdida de encía bucal) que, si no se trata, puede terminar en la caída del diente y “a veces, el daño es irreversible”, puntualiza el doctor Herrera.

7. En cuanto a los piercings genitales, afirma la Dra. Laumann, pueden causar obstrucción de la uretra e infecciones que derivan en infertilidad.

Estos adornos “favorecen la transmisión de determinadas infecciones y enfermedades como hepatitis, sífilis, VIH… Pueden producir heridas en la mucosa y esto es una puerta abierta a la contaminación”.

8. Cuando los piercings se encuentran en el pezón, existe el riesgo de galactorrea, es decir, secreción del pezón.

9. Si la zona escogida es el ombligo, explican los expertos, la cicatrización tarda un año. Es especialmente propensa a las infecciones ya que se trata de una zona poco aireada y húmeda, lo que facilita la acción de hongos y bacterias.

10. Para quienes ya tienen una perforación y ésta es reciente, hay que mantener pulcra la herida, lavar suave y diariamente con un antiséptico no alcohólico, ni peróxido.

Evita la manipulación del arete o joya y si el orificio es en la lengua haz enjuagues antisépticos y pide a tu médico que te recete un antiinflamatorio adecuado. No es recomendable usar ungüento o crema anti bacterial.

En caso de presentar algún tipo de irritación o complicación después del proceso es necesario acudir al médico para evaluar el tipo de lesión y dar el manejo adecuado al diagnóstico.

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