La mejor inversión
“Se puede vivir dos meses sin comida y dos semanas sin agua, pero sólo se puede vivir unos minutos sin aire. La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos. El amor es la fuerza más grande del universo, y si en el planeta hay un caos medioambiental es también porque falta amor por él. Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia.” Mahatma Gandhi
Por Marisú Ramírez
En el mundo existen cuatro tipos de personas: los que hacen que las cosas sucedan; los que observan los acontecimientos, los que se preguntan qué pasó y por último los que estudian lo que pasó y por qué pasó. En la primera categoría nos encontramos la mayoría de los habitantes de este planeta.
Uno de los sectores que mayor crecimiento tiene en nuestro país, es el de la industria de la construcción y una de las actividades humanas señaladas como responsable del cambio climático es la súper-explotación urbanística. En algunos sectores como el energético ya se han logrado crear algunas alternativas para minimizar el daño al planeta. En el sector de la construcción los sistemas ecológicos avanzan muy lentamente y se siguen construyendo viviendas deforestando grandes áreas de bosques, ocasionando graves daños al medio ambiente.
A lo largo de la experiencia estadística en México, la vivienda ha sido una unidad de observación medida constantemente en la historia de levantamientos censales, la vivienda aparece desde el primer ejercicio de 1895. Sin embargo, el primer antecedente para construir un Inventario Nacional de Viviendas (INV) a partir de un levantamiento de tipo censal, se desarrolló en ocasión del Conteo de Población y Vivienda 2005, con la captura del formato de control Inventario de Viviendas; en ese entonces se presentó información sobre el total de viviendas, separando viviendas habitadas, deshabitadas, de uso temporal, además
de las viviendas sin información de ocupantes (por negativa o ausencia temporal). Esto constituyó un primer producto, con todas las limitaciones derivadas de haber concebido a este formato para el control y seguimiento al operativo de levantamiento y no propiamente para la generación de estadística. No obstante, su empleo como marco para algunas encuestas especiales demostró su utilidad en este aspecto. (INEGI, 2013)
La relación entre las viviendas y sus habitantes permite detectar nuevas necesidades habitacionales, ya sea de manera directa o derivada de las transformaciones de la estructura demográfica de la sociedad y de la aparición de nuevos patrones culturales y estilos de vida que impone el desarrollo tecnológico y económico de nuestro País. Según datos estadísticos del INEGI, en el año 2005 existían un total de 24’006,357 viviendas ocupadas en el País, en el estado de Jalisco existían 1’534,454 (INEGI, 2013). En contrapartida, en la última década se ha registrado un crecimiento extraordinario de las viviendas señaladas por la metodología censal como deshabitadas o de uso temporal.
El periodo que va del 2000 al 2005 muestra un crecimiento inusual de las viviendas “sin residentes”, la tasa de crecimiento promedio anual para ese quinquenio fue de 6.5%, es decir, creció 3.5 veces más que la registrada en el quinquenio anterior. Por otro lado, en ese mismo quinquenio el rubro de viviendas censadas crece a una tasa promedio anual de 2.3%; se incrementa sólo dos décimas de punto respecto al quinquenio anterior. (INEGI, Resultados de la encuesta de verificación de viviendas deshabitadas y de uso temporal del Censo de Población y Vivienda, 2010)
Con la exposición de estos datos se pretende establecer los factores que determinan la problemática existente en términos de sobreexplotación urbanística en las grandes ciudades de nuestro país, y que de seguir esta tendencia los daños al medio ambiente serán irreversibles. Las principales consecuencias de la sobreexplotación urbanística son la degradación de tierras y ecosistemas, la contaminación por desechos urbanos, escases de recursos hidráulicos, excesiva producción y consumo de energía, escases de servicios públicos y por último, la ocupación de áreas peligrosas.
La propuesta deriva directamente en crear conciencia al repensar la compra de una segunda vivienda como método de inversión, que en otros términos es equiparable al depredador que mata por gusto y no por necesidad. En torno a esta situación, la “Responsabilidad Social” ha originado la creación de estrategias positivas en el mundo, el desarrollo sustentable depende significativamente de los niveles de responsabilidad que como sociedad estemos dispuestos a asumir para lograr la mejor inversión: Preservar nuestro medio ambiente. masryram@msn.com