Por Sandy Arenas
Espontáneos, tanto el alcalde Arturo Dávalos, como la mayoría de los alumnos de la secundaria foránea 29, del fraccionamiento Las Aralias, dijeron lo que su corazón les sugirió en un momento donde el protocolo de un acto oficial, de inicio de un ciclo de clases, les imponía solemnidad, ante la presencia de autoridades —no solo escolares—, sino también municipales y federales.
—“!Buenos días!”, dijo el primer edil al micrófono, y preguntó, casi a grito, a los pubertos:
—“¿Cóoomo estaaánn?”.
“!Bieeennn!”, se escuchó al unísono como si fuera el grito de fans en un concierto para chamacos.
Emocionado, pues parecía encontrase de buen ánimo, el presidente municipal quiso escuchar otra respuesta igual de uniforme, así que lanzó otra pregunta: —“¿Felices y contentos?”.
La pregunta arrancó más “síiiss” que “nooos”, pero ya no fue igual de uniforme que la primera respuesta; así que de inmediato el alcalde les inquirió de nueva cuenta:
—¿Listos para arrancar este ciclo escolar?, y ahora sí se escuchó un “noooo”, mayoritario a los “síiiiis” esperados.
Para no errarle, Arturo Dávalos Peña, pensó en cómo obtener un sí contundente y preguntó:
—¿Les faltaron vacaciones?, y el “sssíiiiiiiiii”, esperado salió parejo de las gargantas de todos los alumnos, sin falsas posturas, sin modestia, ni medida.
Y el cierre del este improvisado diálogo fue imperativo y de autoridad: “Se acabaron las vacaciones, ahora hay que estudiar”, les dijo el presidente municipal a los muchachos de la secundaria que dirige el profesor José Ochoa Núñez.
Después de los discursos formales, de todos los importantes en materia escolar en el municipio, los adolescentes se vieron de nuevo cautivados por el presidente municipal de Puerto Vallarta, y se remolinaron en torno a él para salir en la selfie de inicio de ciclo escolar, muy sonrientes y felices, sin pena ni preocupación por los exámenes que habrán de venir.