Los detenidos durante el operativo policiaco del 20 de noviembre (conocido en redes sociales como #20NovMx) en el Zócalo capitalino, en el que participaron autoridades federales y fueron auxiliadas por la Policía del Distrito Federal, denunciaron hoy, en una conferencia de prensa, que fueron tratados como delincuentes, y recibieron distintos tipos de tortura, física y sicológica, tanto en su desplazamiento como en la instalaciones de las autoridades.
Los detenidos, que salieron ayer en libertad sin ningún cargo, dijeron que el maltrato fue por parte de las agencias policiacas federales y de las de la Ciudad de México. Entre los 11 liberados se encuentran los que cayeron presos en las acciones policiacas del Zócalo capitalino.
Los detenidos en el marco de las movilizaciones de las manifestaciones del pasado 20 de noviembre en solidaridad con los 43 normalistas de Ayotzinapa ofrecieron esta tarde una conferencia de prensa donde denunciaron golpes, tortura y malos tratos en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y en los penales de Veracruz y Nayarit.
Atzin Andrade, uno de los 11 liberados ayer luego de que un juez resolviera que no había pruebas en su contra, relató cómo se llevo a cabo la detención arbitraria de la que fue víctima. Narró que lo subieron a un autobús de la Policía Federal y los trasladaron a la SEIDO. “Nos trataron como la peor escoria, nos hicieron muchas pruebas”, aseguró.
“El trato fue denigrante, nos dijeron que nos iban a desaparecer, nos torturaron sicológicamente”, continuó Andrade.
En tanto Lilia Garduño aseveró que el día de la marcha ella acudió a documentar la movilización. Sin embargo, en el Zócalo capitalino fue golpeada por policías. Luego la llevaron a un costado de Palacio Nacional, donde la amenazaron y la golpearon nuevamente. “Pensé que me iban a desaparecer”, declaró.
“Jamás se me dijo que quedaba detenida ni porqué, me llevaron a la SEIDO y ahí se burlaron de mí, no recibí atención médica ahí”, recordó. La mujer quien salió ayer del penal de alta seguridad en Tepic, Nayarit, a donde fueron consignadas las tres mujeres detenidas en las inmediaciones del Zócalo capitalino, indicó que cuando las llevaron al penal, no les informaron a dónde se dirigían, “cuando vimos ya estábamos en el aeropuerto”.
En el penal, aseguró Liliana, “nos torturaron psicológicamente”.
En tanto Tania Damián, detenida también en el Centro Histórico, aseguró que ella sí estaba marchando cuando fue agredida por granaderos. “No me da miedo decirlo, yo sí estaba marchando, luego vimos a la gente corriendo, había humo”, dijo este día.
“Pregunté qué estaba pasando y un policía me golpeó con el puño en la cabeza. A mi novio también lo golpearon, nos subieron a un camión azul”, describió sobre el momento de su detención.
Declaró que como ella no dejo que le tomaran fotos ni sus datos en la SEIDO, la separaron del grupo de los otros detenidos luego de la movilización de ese día. Damián sostuvo que las autoridades le propusieron que sí ella declaraba, le quitarían delitos. “Me condicionaron a hacer la llamada a la que tenía derecho, me torturaron y por ello fue que firmé lo que me pidieron”, dijo.
“Cuando iba para el aeropuerto, pensé que nos iban a matar, que ya no íbamos a aparecer”, recordó Tania.
Hillary González relata que el 20 de noviembre la marcha fue muy “tranquila”. Después fue testigo de los desmanes en Palacio Nacional y de cómo los granaderos comenzaron a entrar al Zócalo.
Narra que se cayó. En ese momento los granaderos la golpearon y patearon, la entregaron con unas oficiales de la Policía federal, quienes la llevaron a la calle Corregidora, sin explicarle cuál era la razón de la detención y a dónde la llevarían.
No le permitieron contactar a su familia hasta que rindiera su declaración, asegura que fueron interrogados con la finalidad de hostigarlos. Su familia se enteró de su situación hasta el día siguiente.
“En la SEIDO nos trataron como si fuéramos delincuentes, cuando lo que hacíamos es un derecho constitucional”, comenta Hillary.
En tanto, Luis Carlos Pichardo, trabajador del Museo Memoria y Tolerancia, aseguró que él arribó con su contingente a la plancha del Zócalo, gritando: ¡No violencia!
“Los granaderos venían con una actitud muy violenta, fui golpeado con un escudo, caí al suelo y me golpearon 3 o 4 elementos de la Policía Federal”, detalló del momento en que la situación se tornó tensa en las inmediaciones del Palacio Nacional.
Carlos Picharo fue detenido esa noche del 20 de noviembre y trasladado junto a las otras personas a la SEIDO, donde asegura: “se burlaron, nos trataron como si no fuéramos personas, nos amedrentaron, nos bajaron a las celdas y ahí estuvimos una noche”. Antes de ser aprehendido, él recuerda que gritó su nombre a varios fotógrafos, “pensando que me fueran a desaparecer”.
En tanto, los abogados de las 11 personas que fueron detenidas arbitrariamente dijeron que la estrategia para su liberación consistió en ofrecer como pruebas videos y fotografías en los que se mostrara su participación activa en la marcha.
Señalaron que no se puede permitir que la Procuraduría General del República (PGR) diga que se equivocó con las detenciones porque no se trató de un error si no que se realizó con intención.
“Es una estrategia que está planteando el gobierno. La única intención es justamente criminalizar la protesta por los 43 normalistas y generar miedo en la población”. Agregaron que trasladar a las mujeres a un penal de Nayarit y a los hombres a Veracruz, mostró la intencionalidad de dificultar el proceso de los manifestantes.
Asimismo, comentaron que se solicitó el Protocolo de Estambul para documentar la tortura que recibieron las once personas.
Los liberados exigieron a los Procuradores y Secretarios de seguridad capitalino y federal, así como al Presidente Enrique Peña Nieto que se pronuncien al respecto para garantizar su seguridad.
Ayer el Juzgado Decimoséptimo de Distrito con sede en Xalapa, Veracruz, resolvió el auto de libertad por la falta de elementos en contra de los 11 detenidos por los delitos de tentativa de homicidio, motín y asociación delictuosa.
Los jóvenes que fueron detenidos y que ayer recuperaron su libertad son: Roberto César Jasso Del Ángel, Ramón Domínguez Patlán, Hugo Bautista Hernández, Atzin Andrade González, Juan Daniel López Ávila, Laurence Maxwell Ilabaca, Luis Carlos Pichardo Moreno, Francisco García Martínez, Hillary Analí González Olguín, Lilian Garduño Ortega o Liliana Garduño Ortega y Tania Damián Rojas o Tania Ivonne Damián Rojas.
Siete hombres que se encontraban presos en el penal de alta seguridad de Villa Aldama, Veracruz, salieron de las instalaciones alrededor de las 16:00 horas de ayer sábado y fueron recibidos por sus familiares; en tanto al chileno Laurence Maxwell fue trasladado a la estación migratoria de Veracruz, para revisar su situación migratoria y horas después abandonó las oficinas.
Por la noche las tres mujeres que se encontraban en el penal de alta seguridad de Nayarit habían abandonado las instalaciones.