Los esfuerzos de rescate se intensifican en el país asiático, que trata de recuperarse tras el sismo más fuerte de los últimos 80 años.
Muchos países y organizaciones internacionales han ofrecido ayuda a Nepal para que pueda lidiar con el desastre.
Miles de personas pasaron la noche al aire libre, pese a las bajas temperaturas, por temor a las réplicas.
Las últimas cifras del Ministerio del Interior dicen que 1.805 personas murieron y 4.718 resultaron heridas.
Anteriormente, un portavoz de la policía nepalí le confirmó a la BBC la muerte de al menos 1.150 personas, 539 de ellas en la región del valle de Katmandú, pero la cifra continuó subiendo con el paso de las horas.
Muchas personas más se encuentran atrapadas bajo los escombros y todavía no se dispone de información de algunas partes del país.
El terremoto tuvo su epicentro entre la capital, Katmandú, y la ciudad de Pokhara, la segunda más grande del país.
“Nunca había experimentado un terremoto como este. Estaba arreglando una máquina en casa cuando comenzó a templar. Simplemente huí, pero el muro se me cayó encima”, relata Mohan Gurung desde Katmandú.