La mejor hora del día para comer carbohidratos (y que no te engorden)

Aunque desde hace años, detractores y amantes investigan sobre las virtudes y problemas de los carbohidratos, todavía no queda nada claro si hay que comerlos con moderación, a mansalva o eliminarlos por completo de nuestra alimentación. Lo cierto es que a los hidratos de carbono se les ha acusado de ser los culpables de hacernos engordar, pero numerosos nutricionistas creen que esto es una exageración. Sólo hay que encontrar el momento adecuado para su ingesta.

La idea de tener un vientre plano se traduce en un desayuno potente, una comida ligera y una cena plagada de verduritas, y los carbohidratos deben comerse en las horas en las que estamos en movimiento. “En general, lo mejor es dar mayor peso a los carbohidratos en los momentos del día en los que los niveles de actividad son más altos. Y para la mayoría de la gente estos se suceden a lo largo del día”, explica en ‘Yahoo Health’ la nutricionista Lisa Moskovitz.

Todo apunta a que la pasta, el pan y los cereales no son la cena apropiada si queremos adelgazar. El cuerpo utiliza los carbohidratos como combustible para estar a tope de energía durante el día, y si los ingerimos cuando vamos a estar tirados a la bartola lo más probable es que en lugar de ayudarnos a quemar las grasas que hemos ingerido permitan que se vayan acumulando en nuestro abdomen, muslos y trasero poco a poco. ¿O no?

Según la experta en nutrición Jessica Cording “no todos tenemos que eliminar los carbohidratos de la cena, sencillamente porque no todo el mundo los procesa de la misma forma”. Y la evidencia científica respalda su opinión.

Ponte la alarma y escoge los adecuados

“Algunas personas descubren que se sienten mejor cuando evitan los carbohidratos (o ciertos tipos de carbohidratos) en ciertas comidas, pero no todos tenemos las mismas necesidades”, continúa Cording, quien, al contrario de lo que se suele aconsejar, recomienda espaciar el consumo de hidratos de carbono para mantener un nivel estable de energía en el organismo.

Y no está sola en esta sentencia, diversas investigaciones han demostrado que es necesario que formen parte de nuestra alimentación habitual para mantener una dieta equilibrada. Pero no sólo eso, algunos expertos incluso defienden que si los tomamos por la noche incluso son más efectivos para perder peso.

Según un estudio publicado en la revista ‘American Journal of Clinical Nutrition’, las personas que comen cereales integrales acumulan menos grasa corporal que los que los ingieren refinados, es decir, la pasta, el pan o las galletas convencionales.

Otra investigación realizada en 2011 y publicada en ‘New England Journal of Medicine’ fue un poco más allá analizando la alimentación de dos grupos de personas durante alrededor de 20 años. ¿Conclusión? Quienes acompañan sus cereales integrales con una guarnición de verduras, frutas o yogur, estaban bastante más delgados que las que no lo hicieron.

¿Entonces se pueden cenar?

Sí. Comer carbohidratos por la noche en realidad puede ser bueno para mantenernos en forma y adelgazar, siempre y cuando escojamos la versión saludable y tomemos cantidades razonables. Así lo aseguró también un estudio publicado en 2012 en la revista ‘Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases’, según el cual si las personas con un índice de masa corporal (IMC) por encima de 30 cenaban hidratos de carbono, perdían un promedio de 2 kilos y medio más que los que los tomaban durante el día.

Claro que debemos optar por la versión integral y, a poder ser, no abusar en las cantidades y escoger aquellos que tengan un menor índice glucémico y sean más ricos en fibra –como algunas verduras, legumbres, batatas o frutas– para mantener los niveles de azúcar en la sangre estable y, por tanto, sentirnos saciados durante más tiempo. O lo que es lo mismo, evitar picar entre horas y echar por tierra nuestro régimen.

“Es mejor evitar antes de irnos a dormir grandes raciones de carbohidratos refinados, como un gran plato de pasta de harina blanca o unas patatas fritas, porque pueden tener un impacto negativo en los niveles de azúcar en sangre y la sensación de inflamación”, explica Moskovitz.

Comer demasiados carbohidratos refinados antes de acostarnos no tendrá un impacto inmediato en nuestro peso, pero probablemente cause la temida sensación de hinchazón que se provoca cuando los hidratos no se descomponen fácilmente en el estómago y generan una gran cantidad de aire que queda atrapado en el tubo digestivo. Resumiendo: con la versión clásica notarás como a medio y largo plazo te cuesta más conseguir un vientre plano por muchas dietas que sigamos.

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