México se encuentra en el primer lugar en obesidad en el mundo, motivo por el que la ingesta de amaranto, una planta con altos beneficios nutricionales y que se cultiva desde hace 5.000 años, podría ser una alternativa para combatir la epidemia de sobrepeso en el país.
“El grano del amaranto es una gran fuente de nutrición y de energía para el ser humano y todos los mexicanos lo deberían incluir en su dieta diaria debido a que es rico en fibra y no contiene azúcar refinada, un factor clave que contribuye al desarrollo de la obesidad”, afirmó hoy el médico bariatra, Daniel Pahua Díaz.
El especialista comentó en entrevista con Xinhua que el amaranto natural forma parte del tratamiento de la obesidad al utilizarse como un cereal o ingerirse como una “colación” entre cada comida.
“Al ser rico en carbohidratos, el amaranto nos ayuda a que cada paciente tenga una cantidad óptima de esta sustancia orgánica que el ser humano requiere para sus actividades diarias, sin tener el riesgo de un incremento de glucosa en sangre”, explicó.
Pahua Díaz, quien se desempeña como profesor del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que el amaranto se puede convertir en un alimento esencial en las dietas de las personas con sobrepeso, gracias a su bajo índice glucémico.
“El consumo del amaranto, combinado con una dieta balanceada y actividad física diaria, aumentaría significativamente la calidad de vida de los mexicanos y, probablemente, disminuirá los problemas de obesidad entre la población”, agregó el doctor.
Sustituto de “comida chatarra”
El amaranto contiene el doble de proteínas que el maíz y el arroz, además de ser rico en vitaminas, factores que podrían ayudar a bajar los niveles de colesterol y triglicéridos en los mexicanos.
El director de Nuevos Negocios de la empresa productora de amaranto San Miguel Proyectos Agropecuarios, Juan José Negrete, destacó en entrevista con Xinhua que el amaranto contiene escualeno, un compuesto orgánico natural que baja en muy poco tiempo el colesterol alto, una de las principales consecuencias de la obesidad. “Con la simple ingesta de amaranto, en unos meses de consumirlo, va a beneficiar al organismo, lo que ocasionará una baja en las lipoproteínas de baja densidad”, refirió.
Negrete comentó que en México hay circunstancias genéticas y hereditarias que tienden a hacer que la raza que forman los mexicanos padezca una alta incidencia de obesidad.
“La dieta de los mexicanos es altísima en grasas y azúcares industriales, a través de productos como el refresco, y ‘comida chatarra’, que son productos elaborados a base de harina y que contienen cero nutrientes”, refirió.
Por ello, Negrete afirmó que el consumo del amaranto podría beneficiar en gran medida el organismo del ser humano al ser rico en vitaminas A,B,C,B1,B2,B3, además de que contiene elementos de vital importancia como el ácido fólico, niacina, calcio, hierro y fósforo.
“Si a un grupo de personas se les comienza a dar pequeñas cantidades diarias de amaranto se va a conseguir un escudo metabólico protector contra los estados de deficiencia en el manejo metabólico de las grasas y el azúcar”, indicó.
Sin embargo, Negrete admitió que una enfermedad tan compleja como la obesidad lleva consigo trastornos como la diabetes y la hipertensión, por lo que se debe considerar al amaranto como un agente preventivo contra estos padecimientos que afectan a la mayoría de los mexicanos.
Uno de los alimentos más promisorios del mundo
El origen de la planta de amaranto se ubica entre el centro y Norteamérica (México y Guatemala) y Sudamérica (Perú y Ecuador).
De acuerdo con un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, el amaranto está incluido en una lista de 36 vegetales tropicales más ignorados y promisorios del mundo.
Por esta razón, la misma academia lo describió como “el mejor alimento de origen vegetal para el consumo humano”.
En México, el amaranto fue prohibido tras la conquista española, ya que lo veían como un símbolo de paganismo, hecho por el que su cultivo fue ignorado y, en la actualidad, se encuentra en proceso de expansión en al menos tres estados del país.
El estado mexicano de Puebla es el mayor productor de amaranto, seguido por Morelos, Tlaxcala y la Ciudad de México; pero se trata de apenas 3.000 hectáreas, de acuerdo con la Secretaría (ministerio) de Agricultura, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
El amaranto, también conocido como “alegría”, puede cultivarse ampliamente, su procesamiento es sencillo y tiene una composición nutrimental muy adecuada.
Resistente a la sequía, a las altas temperaturas y a las plagas, el amaranto crece con hojas anchas y abundantes y sus espigas y flores púrpuras, naranjas y doradas y está listo para cosecharse en seis meses, entre mayo y noviembre.
Una oportunidad para luchar contra la obesidad infantil
En el pueblo de Tulyehualco, en la delegación Xochimilco de la Ciudad de México, hay al menos 220 hectáreas donde se siembra el amaranto; por ello, un grupo de productores preparan un programa piloto para que las decenas de familias productoras de esta semilla elaboren productos para vender en las escuelas de la capital mexicana.
Nancy de la Rosa, una de las productoras de amaranto en Tulyehualco, dijo a Xinhua que con este programa se pretende cambiar los altos índices de obesidad infantil entre los estudiantes, mismos que prefieren consumir “alimentos chatarra” en lugar de nutritivos como el amaranto.
“Una barra de amaranto tiene las mismas proteínas que un bistec o un vaso de leche”, dijo De la Rosa.
El amaranto, continuó, puede venderse en varias presentaciones, la mayoría de ellas dulces, aunque también existen productos salados y agridulces.
Nancy explicó que los productores de Tulyehualco ya están en pláticas con las mesas directivas de varias escuelas para que, a través de los padres de familia, se logre introducir este alimento y los niños lo puedan comer estos productos durante el receso.
Asimismo, la productora de amaranto comentó que este programa es impulsado por la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, del gobierno de la Ciudad de México.
“Hemos platicado con ellos (funcionarios) y hay mucho interés del gobierno en entrarle en serio al problema de la obesidad en los niños y con el amaranto lo vamos a hacer” , expresó.
Para ello, ya hay un grupo de productores que tienen la capacidad material y humana para surtir la demanda de estos productos en zonas marginales.
Posteriormente, agregó Nancy, se pretende incluir en el desayuno de los niños, en edad escolar, productos como la miel, la fruta seca, los dulces cristalizados y el piloncillo, entre otros productos originarios de las zonas rurales de la capital mexicana.
Por las propiedades nutritivas y los componentes del amaranto, entre ellas, proteínas, vitaminas y minerales, es recomendado para prevenir y aliviar los síntomas de distintas afecciones como la obesidad, diabetes e hipertensión.