Vuelo de campeones

Por Ricardo Mendoza Solís

De forma cardiaca, los Cuervos de Baltimore se coronaron campeones del futbol americano de la NFL, al derrotar 34-31 a los 49ers de San Francisco, en el Súper Bowl XLVII celebrado en el Superdome de Nueva Orleans.

Un encuentro que a la mitad parecía resuelto en favor de Baltimore, se complicó en demasía toda vez que San Francisco tuvo un espectacular regreso en el juego, posterior a un apagón en el estadio que duró poco más de media hora.

De entrada el encuentro era de pronóstico reservado, toda vez que ambos equipos tenían las mejores defensivas de la liga y ofensivas muy respetables, sobre todo por tierra.

Sin embargo, desde la patada de inicio, los Cuervos de Baltimore tomaron el control del juego. Tras detener a la ofensiva inicial de San Francisco, los Cuervos, de la mano de Joe Flacco, avanzaron con superioridad hasta lograr el primer touchdown del encuentro, tras un pase de 13 yardas para Anquan Boldin y así poner el juego 7-0.

San Francisco reaccionó con un gol de campo para acercarse 7-3.

En el segundo cuarto, cuando los 49ers parecía que tomaban la iniciativa, vino una gran jugada defensiva, al provocar un balón suelto al corredor James y de esta forma dejar una vez más a Joe Flacco continuar con su espectáculo y lanzar ahora un pase de 2 yardas a Dennis Pitta para incrementar la ventaja 14-3.

A menos de dos minutos de terminar el segundo cuarto, vino una jugada grande de Joe Flacco, al lanzar un pase de 60 yardas al receptor Jacoby Jones, quien capturó el balón en la yarda 7 y cayó al piso, pero se levantó de inmediato y, tras eludir a dos defensivos, llegó a las diagonales para incrementar la ventaja de Baltimore 21-3.

Antes del descanso, San Francisco anotó un gol de campo para poner el marcador 21-6.

Luego de un espectacular show de medio tiempo a cargo de Beyonce, inició la segunda mitad de una manera sobresaliente. En la patada inicial, Jacoby Jones tomó el balón y lo devolvió 109 yardas para touchdown, en lo que fue la jugada con mayor acumulación de yardas en la historia de los Súper Bowls.

Con el marcador 28-6 parecía que todo estaba resuelto en favor de Baltimore, pero entonces vino un hecho inusitado. Un apagón, que obligó a demorar 37 minutos el juego, justo cuando los Cuervos tenían el control total del juego.

Una vez reanudado el juego, vino un cambio drástico. Pareció como si las pilas de los Cuervos se apagaran y las de San Francisco se recargaran. Otro juego diferente.

San Francisco y su mariscal Colin Kaepernick comenzaron a jugar como lo hicieron en la postemporada, mientras que la defensiva de Baltimore mostraba una debilidad pocas veces vista.

De esta forma, los 49ers hilaron tres series ofensivas con puntos sin contestación, para acercarse 28-23 en el marcador, lo que convirtió el estadio en una locura.

Ya en el último cuarto Baltimore intentó despertar y consiguió un gol de campo que los hizo respirar 31-23.

Pero San Francisco estaba dispuesto a todo y Frank Gore, quien tuvo un partido de más de cien yardas, acarreó el ovoide en zona de gol para poner la pizarra 31-29, lo que motivó a San Francisco a intentar una conversión de dos puntos para empatar. Sin embargo, la defensiva de Baltimore se plantó bien y evitó el empate.

Posteriormente, Joe Flacco condujo la que fue, quizá, la mejor serie ofensiva de los Cuervos en la segunda mitad, pues consumió más de cinco minutos, aunque sólo consiguieron tres puntos, para incrementar la ventaja 34-29.

Con la moral de su lado, San Francisco parecía que lograría el touchdown de la victoria, pues con menos de tres minutos en el reloj se acercaron a zona de gol.

Pero entonces Baltimore se acordó que tenían consigo la mejor defensiva de la NFL en la última década y no es para menos. Comandados por Ray Lewis, Baltimore logró detener en cuatro oportunidades a San Francisco y de esta forma aseguraron el triunfo y el segundo campeonato en su historia, con un marcador final de 34-31.

Con sus tres touchdowns por pase, Joe Flacco fue designado el Jugador Más Valioso del encuentro, mientras que Ray Lewis se despidió de la liga con su segundo anillo de campeón.

Por su parte, San Francisco se quedó a un paso de empatar la marca de más campeonatos en la NFL, que ostenta Pittsburgh con seis.

Y al final, la familia Harbaugh tuvo que rendirle honores al mayor de sus hijos, John.

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