La violencia que se registra en Honduras, en especial en las zonas de San Pedro Sula y Tegucigalpa, propició el éxodo de niños migrantes centroamericanos no acompañados hacia Estados Unidos y la crisis humanitaria que ahora se registra.
En reunión con comisiones del Senado de la República, para analizar el tema de la migeración infantil sin acompañamiento, la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Paloma Guillén Vicente, expuso que esa zona de Honduras es clasificada como el espacio geográfico más violento del mundo.
En México, el flujo migratorio de niños centroamericanos no acompañados mostró fuerte incremento hasta junio anterior, en relación con el mismo periodo del año pasado.
De acuerdo con Paloma Guilén, el flujo se origina principalmente en tres países: Honduras, Guatemala y El Salvador, pero la gran mayoría proviene de territorio hondureño.
Migran hacia Estados Unidos para alejarse de los altos niveles de violencia que se registran en ese país centroamericano, en especial en la región de San Pedro Sula; en tanto que los guatemaltecos y salvadoreños lo hacen por razones de pobreza.
“Estados Unidos está teniendo más niños allá, nosotros estamos teniendo más niños acá. Pero, esos niños no acompañados, provienen en su gran mayoría, por decir un número, 70 por ciento, con referencia a Honduras”, indicó.
Paloma Guillén refrendó el compromiso del gobierno mexicano para coadyuvar a la solución de esta situación, y reconoció que los países de la región centroamericana, México y Estados Unidos, son corresponsables de este fenómeno que ha derivado en una crisis humanitaria.
La subsecretaria de Población y Migración expuso que la situación se agrava para los infantes y adolescentes de Centroamérica pues son recluidos en estaciones de detención, mientras que cuando se trata de mexicanos, son repatriados porque así lo establecen las leyes estadounidenses.