Por Gloria Herrera
México es considerado por muchos como una especie de paraíso terrenal. La riqueza natural que recorre el país sumada a la fortuna de albergar cientos de especies de animales lo convierte en un eslabón importantísimo en el ciclo de la vida en la Tierra.
Puerto Vallarta es parte de este eslabón escogido por la tortuga Golfina para salir a desovar, y son cuidadas desde Boca de Tomates hasta Boca de Tomatlán con patrullaje por las noches por parte del departamento de Ecología del Ayuntamiento de Puerto Vallarta.
Sin duda, es una experiencia única el ver a estas hermosas creaturas de la naturaleza salir de su casa, el mar, para dejar la vida que hay dentro de ellas transformadas en huevos, que luego de 45 días podrán ser unas pequeñas tortugas, que serán liberadas y devueltas a su casa; el océano.
La noche del sábado 11 de julio varias personas pudimos presenciar este acontecimiento en la Playa del Oro en Puerto Vallarta, siendo la sexta tortuga de la noche que salía a desovar y que en este caso Miguel Maldonado, un joven experto, trabajador del departamento de ecología rescataba.
99 huevos fueron rescatados de esta tortuga, sin embargo ya había más de 500 huevos salvados, que serían puestos a salvos hasta que llegue la hora de romper el cascaron.
Miguel Maldonado cuenta que se rescataron el año pasado de julio a diciembre casi 2 mil huevos, las criaturitas fueron liberadas una vez que rompieron su incubadora natural. La temporada arrancó el 1 de julio y se prolonga hasta diciembre, temporada que vigilan las playas toda la noche cuidando de los acechadores de esta especie; que aunque desde hace cinco años ya no está en peligro de extinción, la Golfina, se encuentra en un programa de protección especial.
La realidad en Puerto Vallarta, en México y en el mundo, es que la mano del hombre y las formas de vida que éste ha desarrollado, para su supervivencia y comodidad, han alterado el ciclo de vida de otras especies con las que comparten este mundo.
Sin embargo de acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de las siete especies de tortugas marinas reconocidas en el mundo, seis se encuentran en veda en México desde 1990.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) asegura que todas las especies y subespecies de este animal se encuentran en peligro de extinción. En peligro crítico están las especies lora, carey y laúd, esta última la más grande de la que se tiene registro —llega a medir hasta dos metros y ha existido desde los tiempos prehistóricos.
Estas seis especies anidan en playas de los estados de Oaxaca, Tamaulipas, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Sinaloa y Baja California Sur.
La Norma Oficial Mexicana NOM-ECOL-059, prohíbe la comercialización y captura de las tortugas marinas y sus derivados (huevos carnes, caparazón, entre otros).
A pesar de que la tortuga tiene un respaldo legal y que es considerada patrimonio natural de la humanidad, los obstáculos que tiene que superar para sobrevivir son diversos; la temperatura, las marinas en las que se trasladan han cambiado y ello ocasiona que tengan que nadar más profundo y no encuentren con qué alimentarse en esa zona, se estima que de mil tortugas que se liberan en el mar, sólo dos o tres son las que sobreviven a todos los factores desde terrestres a marítimos.
En Puerto Vallarta y toda la zona mencionada, si usted llegara a ver una tortuga desovar y/o salir del mar, este es el número de la patrulla nocturna que esta al cuidado de la especie 3221603276; es importante que les solicite identificación cuando vea un rescatista de huevos de tortuga, así lo explicó Miguel, pues es mejor cerciorarse que es la autoridad indicada y no un farsante, ellos portan su gafete y los logos correspondientes al Ayuntamiento de Puerto Vallarta.