La primera fecha de la Copa del Mundo llegó a su fin con un partido que estuvo lejos de lo que se vio en la mayoría de los 15 restantes. Rusia partía como candidato ante Corea del Sur pero sufrió para conseguir el empate 1 a 1, que peligró por el grave error de Akinfeev y se salvó cuando Capello incluyó a Kerzhakov, autor del gol para igualar.
Todo lo que se esperaba del combinado ruso, que llegaba señalado como potencial sorpresa por fuera de las potencias europeas, se desmoronó rápidamente. Es verdad que el calor brasileño atentó desde el inicio a su juego, pero tampoco se mostraron capaces de romper con el orden del equipo asiático.
En la primera parte sobró la disciplina táctica y faltó la rebelión de los futbolistas. La posesión se turnaba con los minutos pero hubo que esperar hasta que pasara la media hora para que Ignashévich lograra un disparo violento que reventó el pecho del arquero coreano, seguido de un remate desde afuera de Koo, casi un desafío para el desarrollo de las acciones, que luego de un desvío besó el palo del arco defendido por Akinfeev.
Antes de finalizar el primer tiempo, Son se lo perdió a metros del arco por lanzarla muy alto. De todas formas, la reprobación del público que asistió al estadio era merecida, en los peores 45 minutos de una Copa del Mundo que se destacaba por su buen juego.
De entrada en la segunda parte, Rusia pareció tomar la iniciativa y Faizulin avisó a Sung-Ryong, mientras que a la jugada siguiente Berezutski no cabeceó bien. Después de la ráfaga, Corea del Sur volvió a hacerse de la pelota y apostó a los remates lejanos, ante la poca seguridad que mostraba Akinfeev. Para colmo, el ingreso de Dzagoev a los 59 minutos parecía demasiado tarde en el plan de Capello.
Fueros dos remates con largos rebotes y la tercera fue la vencida: Keun-Ho Lee probó desde el sector derecho y el 1 ruso no puso su cuerpo detrás de las manos, principio básico del puesto, y la pelota se le escapó hasta cruzar la línea. Era sorpresa en la previa pero no por el desarrollo.
¿Cambios tardíos? Aleksandr Kerzhakov. Obligado, el DT italiano mandó a la cancha a su delantero y luego de una serie de rebotes en el área, se encargó de empujarla para el empate 1 a 1. De golpe se abría un mini partido de 20 minutos, donde los rusos buscaban subirse al envión mientras los coreanos empezaban a sentirse cómodos con el punto.
La intensidad no se mantuvo y el último partido de la primera fecha se apagó de la misma forma que la primera mitad, sin emociones. Rusia y Corea del Sur al menos salvaron el marcador en cero pero ofrecieron poco respecto a sus rivales de grupo Bélgica y Argelia. Sorpresiva mala actuación del equipo de Capello, quien tardó en apostar a sus jugadores más peligrosos y lo pagó caro al dejar dos puntos en el camino.