A las 16:24, hora local de Londres, nació el primogénito del príncipe William y la duquesa de Cambridge.
El esperado bebé real pesó ocho libras y seis onzas (3 kilos 900 gramos).
El niño es el tercero en la línea de sucesión a la corona británica, luego de su abuelo Carlos y su padre.
Un portavoz del Palacio de Buckingham dijo que la reina Isabel II y el duque de Edinburgo estaban encantados con la noticia del nacimiento de su nieto.
El Parto
La duquesa fue atendida por un equipo médico de élite liderado por los ginecólogos de la reina. Dio a luz en el ala ‘Lindo’ del hospital, el mismo lugar donde tuvo a sus hijos, William y Harry, la princesa Diana.
La duquesa de Cambridge fue llevada al hospital St. Mary de Londres con los primeros síntomas de trabajo de parto la mañana del lunes, según informó el Palacio de Kensington.
La duquesa fue atendida por un equipo médico de élite liderado por los ginecólogos de la reina y dio a luz en el ala ‘Lindo’ del hospital.
Este es el mismo lugar donde tuvo a sus hijos la propia princesa Diana, madre de William y Harry.
En su día también lo hizo su padre, Carlos, cuando la princesa Diana dio a luz a sus dos hijos, y en aquella ocasión el príncipe heredero manifestó “estar agradecido” de haber podido compartir ese momento con su esposa.
El príncipe William estuvo presente en el parto.
El Protocolo
Previamente, de hecho durante el nacimiento de la propia reina Isabel II, el protocolo establecía que en la sala de parto estuvieran presentes también funcionarios del gobierno para garantizar que el bebé real fuera auténtico.
Pero esta tradición fue eliminada por el rey George VI.
Hoy el protocolo de la corona británica establece que apenas nace el bebé real, los médicos deben firmar un documento con el membrete real, especificando el sexo y la hora de nacimiento del bebé.
El lenguaje empleado es formal y acorde con el protocolo.
Tras elaborarse el documento oficial del nacimiento, un ayudante lleva esta información al palacio de Buckingham, en un viaje en auto de unos 15 minutos.
La tradición es que sea el rey o la reina el primero en ser informado del nacimiento del bebé.
Luego se informa al resto del mundo a través de un pequeño boletín colocado en un caballete en el palacio Buckingham, tal como ocurrió con el propio príncipe Carlos en 1948 y el príncipe William en 1982.
Sin embargo, en plena era de las redes sociales, el protocolo se adaptó a los nuevos tiempos y la corona británica, a través de la cuenta de Twitter de Clarence House, a cargo de la cibervocería de los herederos a la corona británica.
El bebé real fue el primero en su estirpe en contar con su propio hashtag en Twitter: #RoyalBaby.