Casi un centenar de civiles murieron y 42 resultaron heridos en un atentado suicida cometido este martes con un vehículo cargado de explosivos en un concurrido mercado en el sureste afgano, en uno de los ataques más sangrientos registrados en Afganistán.
El ataque, en el que fallecieron al menos 89 personas, ocurrió hacia las 10:30 am, en un mercado abarrotado de gente en el distrito de Orgun, en la provincia de Paktika, afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Zahir Azimi.
Explicó que entre los muertos había muchos niños y mujeres y agregó que los heridos fueron evacuados en helicóptero a un hospital.
El gobernador del distrito de Orgun, Mohamed Reza Kharoti, dijo que el mercado estaba repleto de gente que hacía compras de Ramadán y se preparaban para la fiesta de Eid al Adha o Fiesta del sacrificio, la mayor festividad para los musulmanes.
“La explosión fue muy potente y sacudió toda la zona. Había sangre por todos lados”, añadió Kharoti, quien aseguró que entre los muertos había, además de civiles, dos policías.
“Vi los cadáveres de dos de mis colegas entre un charco de sangre y polvo”, manifestó el agente local Urban Ali.
Las imágenes mostradas por los medios locales mostraron el área del atentado completamente destruida, con coches calcinados, tiendas derruidas convertidas en una amalgama de hierros y escombros, y decenas de personas tratando de rescatar a los supervivientes.
“Los enemigos de Afganistán pagarán un duro precio por matar a afganos. No nos pueden detener. El país seguirá adelante”, sentenció en su cuenta de Twitter el ministro del Interior afgano, Mohamed Umar Daudzai.
Este atentado es uno de los peores cometidos en el país asiático en los últimos años.