La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció que una semana previa al inicio de clases, en la reunión de planeación académica, entregará a los maestros del país una fe de erratas para que ellos subsanen los 117 errores detectados hasta ahora en los libros de texto.
Al dar el banderazo de fin de distribución federal de libros de texto gratuito en Tequestináhuac, Estado de México, la subsecretaria de Educación Básica, Alba Martínez Olivé, manifestó su preocupación porque se está entregando una generación de libros que tienen defectos.
Agregó que estaban ante una disyuntiva porque o cancelaban la distribución de los libros “y dejábamos a maestros y alumnos sin esta herramienta, o trabajábamos a lo largo del ciclo escolar, como lo haremos, para que los errores puedan ser subsanados dentro de las aulas con el trabajo de profesores y el acompañamiento de la SEP”.
Martínez Olivé indicó que optaron por la segunda opción, aunque reconoció que “no es lo mejor; no estamos contentos con ello, pero no teníamos una alternativa distinta”.
Destacó que para la SEP esto es realmente un tema complicado “porque tenemos claridad de lo que el libro implica en el día a día del aula. Sin embargo, encontramos estos libros ya hechos”.
Comentó que el proceso para la elaboración de los libros es largo. En diciembre estaban ya distribuyéndose una gran cantidad de ellos y “fuimos viendo que los libros contenían errores de diversos tipos” y también lo es construir los contenidos.
La funcionaria de la SEP explicó que hacer un buen libro para la educación básica toma alrededor de un año de trabajo. “Es mucho tiempo el que se requiere y también es un proceso de alta especialización.”No es esto un trabajo para aficionados. Es uno para especialistas de diversos campos. Es uno donde se requiere la presencia de aquellos que dominan los contenidos, que saben español, matemáticas, ciencias, historia y geografía, y también de la presencia de aquellos que conocen de pedagogía, y una mirada fuerte, crítica, de los maestros frente a grupo”, destacó.
Esto, dijo Alba Martínez, es un trabajo que no se puede hacer sin la mirada de los profesores. Son ellos, los especialistas, los que le dan a los libros ese toque que les permite ser usados frente a los salones de clase.
“Los libros que no son construidos por estos equipos multidisciplinarios tienen riesgos”, expresó.
La funcionaria se comprometió a trabajar desde el ciclo escolar dando un impulso a los consejos escolarizados, espacio de deliberación para que los libros sean analizados para producir mejores estrategias didácticas.
Adelantó que muy pronto se sumarán a estos instrumentos didácticos uno nuevo: los equipos computacionales, que se entregarán a los alumnos de quinto y sexto año de primaria de Colima, Tabasco y Sonora, en una fase inicial.