La violencia a manos de varones es padecida por las mujeres y los niños de Jalisco. En los últimos tres años sumaron 560 homicidios contra mujeres, tan sólo el año pasado se contabilizaron 150 asesinatos.
En lo que va del año el DIF estatal reportó la atención a 309 niños, niñas y adolescentes violentados. Estas agresiones son imparables, a pesar de que en la entidad existe una Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; además de una declaratoria de alerta de género para protección a la mujer.
Las agresiones a menores son las menos castigadas. Se estima que sólo uno de cada diez casos llega a ser conocido por las autoridades, lo que significa que 90% permanece en la impunidad.
En 2015, ante el DIF Jalisco se reportaron 136 casos de maltrato infantil en agravio de 321 menores de edad. De enero a mediados de marzo se recibieron 176 reportes en agravio de 309 infantes.
Es la omisión de cuidados la más frecuente agresión contra los niños. Instituciones como los hospitales civiles de Guadalajara y el Hospicio Cabañas reportan un incremento en el arribo de niños violentados a manos de progenitores, padrastros y cuidadores.
En el Hospital Civil tapatío se atiende en promedio de uno a dos niños diarios con fracturas y moretones a consecuencia de golpizas y otras lesiones por el Síndrome del Niño Maltratado —sacudidas provocadas a niños menores de cinco años—.
El gobierno de Jalisco además del número de emergencias 066 puso a disposición de la ciudadanía el número gratuito 01800 AYÚDAME (2983263) para reportar casos de violencia.
El año pasado la Fiscalía de Jalisco recibió casi 7 mil 500 denuncias por el delito de violencia intrafamiliar.
Alerta por feminicidios
El incremento en feminicidios obligó a Jalisco a emitir una alerta de género en febrero pasado en ocho municipios: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco, El Salto, Ameca y Puerto Vallarta —poblaciones donde se contabilizaban casi 400 homicidios—.
En Puerto Vallarta la mayor preocupación es la violencia doméstica, feminicidios y trata. En Ameca es violencia sexual. Y en los municipios que integran la Zona Metropolitana de Guadalajara preocupan los feminicidios, homicidios y una alta incidencia de violencia doméstica, detalló la titular del Instituto Jalisciense de las Mujeres, Erika Loyo.
En los casos de asesinatos de mujeres todos quedan registrados ante la Fiscalía General, sin embargo, en el caso de las desapariciones no todas son denunciadas así que en ese ámbito hay un subregistro.
“Las familias no los denuncian por muchas razones, fundamentalmente por el contexto de violencia en que vivimos en que las propias familias son amenazadas por quienes ocasionaron la desaparición. No hay datos reales”, señaló a Excélsior la representante en Jalisco del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), Guadalupe Ramos Ponce.
Para Cladem Jalisco las autoridades deben prestar atención a las desapariciones.
“Hay casos en donde puede haber trata, el abuso sexual, la explotación sexual que no se esté investigando. No hay cifras reales. Por lo menos de los diagnósticos que hemos hecho en el país en el Observatorio Nacional del Feminicidio, es que en la gran mayoría de los casos suponemos que pueden estar relacionado con trata de personas y prostitución”.
Agreden a 60% de reos gay
Seis de cada diez personas lesbianas, gay, bisexual y transgénero recluidas en cárceles mexicanas han sido víctimas de diferentes tipos de abusos, señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el informe Violencia contra personas LGBTI.
El informe recopiló denuncias de víctimas e información oficial y de organizaciones de 25 países.
Las personas LGBTI “enfrentan un riesgo mayor de violencia sexual y otros actos de violencia y discriminación a manos de otras personas privadas de libertad o del personal de seguridad”, señala.
Detalla que en los espacios de reclusión ocurren abusos reiterados, ya que los hombres gay y las mujeres trans pueden ser víctimas de servidumbre o son obligados a servicios sexuales.
Además, advierte que agentes policiacos incitan a otras personas a abusar sexualmente de las personas LGBTI y que, incluso, los propios guardias ubican a las personas homosexuales en celdas con convictos acusados de violencia sexual.
En México, además, las mujeres trans generalmente son recluidas en pabellones para hombres.