La maestra Teodora Pérez, un ejemplo de amor a la educación

Un ejemplo de vocación y amor por la educación, es la maestra Teodora Pérez González, seño ‘Teodo’ como la llaman con cariño los miles de estudiantes que durante sus 71 años de labor magisterial ha formado en esta ciudad, una labor que aún continúa con las nuevas generaciones de vallartenses.

 

Ella fue reconocida por el gobierno municipal que preside Arturo Dávalos Peña durante los festejos por el Día Internacional de la Mujer, al dedicar toda una vida a servir y formar a los niños y jóvenes de Puerto Vallarta.

 

Para la profesora Teodora Pérez, no existe una labor más gratificante que la educación, la cual la ha llenado de satisfacciones desde los 19 años de edad, cuando al término de sus estudios de sexto grado en la escuela 15 de Mayo, hoy Teresa Barba Palomera, la entonces directora le dio la oportunidad de practicar en este plantel durante cinco meses en los que mostró grandes cualidades y su gusto por la enseñanza, recibiendo su nombramiento como maestra el 16 de enero de 1945.

 

Nacida en Estados Unidos, llegó a vivir a esta ciudad junto a sus padres cuando tenía ocho años, misma que la ha adoptado desde entonces y que ha sido testigo de su gran amor por la educación. Sin dudarlo ella se define como vallartense al preguntársele su lugar de origen.

 

La seño Teodo se desempeñó como maestra de primer grado durante 27 años en la escuela Teresa Barba Palomera, y posteriormente, como directora de la escuela Club de Leones que iniciaba operaciones, estando al frente de esta institución por 17 años. Asimismo daría clases a nivel secundaria en la escuela para adultos Margarita Lepe Jasso, en donde impartió la materia de Biología.

 

Más tarde regresaría a la escuela Teresa Barba como Inspectora de la Zona Escolar 123, encargo en el que se desempeña hasta la actualidad teniendo a su cargo 11 escuelas de Cabo Corrientes y Puerto Vallarta. “Me gusta mi trabajo, hasta ahorita llevo 71 años de servicio y no tengo ganas de irme porque me encanta los gritos que hacen las niñas en el descanso, en los salones, mis compañeros maestros que todos son excelentes personas, muy trabajadores y los directores, pues ya no se diga”, expresa.

 

Indicó que muchas de las maestras que están actualmente en los planteles, fueron sus alumnas, como es el caso de la directora de turno matutino de la Teresa Barba Palomera, a quien le dio clases en primer grado, después trabajarían juntas en la escuela Club de Leones ya como maestra y se reencontrarían nuevamente.

 

“Ella con mucho orgullo dice: fue mi maestra, fue mi directora y ahora es mi supervisora; entonces esas cosas te llenan a ti de alegría, pues de mucho amor a la educación. Tiene muchas veces sus pros y sus contras pero conmigo todo ha sido a mi favor”. Otra de sus satisfacciones es encontrarse a quienes fueron sus alumnas inscribiendo ahora a sus nietas en la institución en que inicio y en la cual sigue presente.

 

Detalló que además de la vocación, el suyo ha sido un camino de preparación, ya que cuando recibió su plaza lo hizo como maestra no titulada, por lo que entró a estudiar a la escuela Normal de Jalisco en donde obtuvo su título, y años más tarde estudiaría también la licenciatura de Biología.

 

“Yo he sido feliz en todas mis etapas, he recibido muchos reconocimientos pero sobre todo la satisfacción de servir a los niños, a la educación, a los padres de familia. Yo siempre he sido maestra, me encanta y no sientes los años”, precisó.

 

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