La FIFA pagó a Irlanda para que no fuera a los tribunales por el gol de Francia tras una mano de Thierry Henry, que le impidió ir al Mundial-2010, reveló el jueves el presidente de su federación (FAI).
“Estábamos convencidos de que teníamos suficientes elementos para ir a los tribunales contra la FIFA por el modo en que perdimos” la eliminatoria de repesca con Francia, dijo John Delaney a la emisora de radio estatal irlandesa RTE.
“Llegamos a un acuerdo. Aquello fue un jueves y el lunes el acuerdo estaba redactado y firmado. Fue un acuerdo muy bueno y legítimo para la FAI”, sostuvo.
Esta revelación llega en un momento especialmente sensible para la FIFA, salpicada por un escándalo de corrupción que motivó el martes la dimisión de su presidente, Joseph Blatter.
La prensa irlandesa afirma que la FIFA pagó 5 millones de euros ($5,63 millones), pero Delaney se negó a confirmarlo porque el acuerdo era confidencial.
Francia se clasificó para el Mundial-2010 a expensas de Irlanda en un repechaje después de que Henry parara claramente el balón con la mano dentro del área irlandesa y diera un pase de gol a William Gallas.
Aquel tanto en París, en el alargue, supuso el empate en el partido 1-1 y dio a Francia la ventaja (2-1) en el global de la eliminatoria.
La FAI pidió entonces que se volviera a jugar el encuentro, sin éxito.
– Polémica no sólo deportiva –
Aquella polémica adquirió a finales de 2009 una amplia repercusión.
El primer ministro irlandés Brian Cowen había pedido la repetición del partido, mientras que su homólogo francés, François Fillon, que ni el gobierno francés ni el irlandés debían “inmiscuirse” en las reglas del fútbol mundial.
La FIFA se apresuró entonces a dejar claro que no se iba a repetir el partido y Blatter habló entonces de una eventual “compensación moral”.
Thierry Henry dijo dos días después de su mano que lo sentía “mucho” por los irlandeses, “que merecían ir al Mundial”.
“La solución más justo sería volver a jugar el partido, pero no es mi competencia”, estimó entonces Henry.
En el Mundial de Sudáfrica, Francia tuvo luego un recorrido calamitoso.
Quedó eliminada en la primera fase, en medio de una enorme crisis, después de una huelga de entrenamiento de los jugadores tras la expulsión de la convocatoria de Nicolas Anelka por haber expulsado al seleccionador Raymond Domenech en el descanso de un partido ante México.