Seis días después de salir del municipio de Iguala, Guerrero, la caravana de organizaciones civiles 43×43 llegó este domingo al Zócalo del Distrito Federal, donde exige a las autoridades mexicanas que resuelvan el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y que no haya “ni un desaparecido más” en el país.
El último tramo del recorrido fue de la delegación Tlalpan, al sur del DF, a la Plaza de la Constitución, en el centro.
La caravana partió de Iguala el 3 de noviembre y fue convocada por decenas de organizaciones civiles encabezadas por el Consejo Estatal de Organizaciones de la Ciudad de México (CEO-CDMX), cuyo dirigente, José Alcaraz, exigió el sábado la renuncia del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, por lo que consideró “incompetencia” en el caso de los normalistas desaparecidos.
“Pedimos la inmediata renuncia del procurador general de la República, por la incompetencia que ha demostrado en las investigaciones del caso”, dijo Alcaraz en un video publicado en la página de Facebook de la caravana.
“Hoy tristemente dice que fueron asesinados y encontrados en bolsas de plástico y sus cenizas. ¿Quién le va a creer? Ha perdido toda la credibilidad y la confianza de la sociedad”, agregó, en alusión al reporte que Murillo Karam dio el viernes pasado, en el que señaló que todos los indicios recabados hasta ahora apuntan a que los jóvenes fueron asesinados y quemados por el grupo delictivo Guerreros Unidos.
La versión de la Procuraduría General de la República (PGR) se basa en el testimonio de tres presuntos integrantes de Guerreros Unidos, quienes afirman haber recibido a los normalistas de parte de policías de Iguala y Cocula y participado en el asesinato.
Según la PGR, después del crimen los cadáveres fueron calcinados y sus restos tirados en Cocula, donde a raíz de las confesiones fueron hallados por fuerzas de seguridad federales. Sin embargo, la PGR reconoce que aún no puede determinar si estos restos corresponden a los estudiantes, al tiempo que sus padres exigen pruebas concluyentes.
Este caso comenzó el pasado 26 de septiembre, cuando policías de Cocula presuntamente al servicio de Guerreros Unidos atacaron a los normalistas, los retuvieron y los entregaron al grupo criminal, lo que ha generado protestas en varias ciudades del país.
Las más recientes ocurrieron este sábado en Chilpancingo, capital de Guerrero, donde manifestantes incendiaron vehículos afuera del Palacio de Gobierno, y en el DF, donde algunas personas trataron de quemar la puerta de Palacio Nacional en el Zócalo.