El Atlético casi se come al Bayern Munich

El Atlético de Madrid defenderá en el Allianz Arena frente al Bayern Munich una renta de un gol conseguido por Saúl en un partido que tuvo dos caras. En la primera parte el Atlético fue muy superior y en la segunda estuvo más de media hora a merced de los alemanes. Pudo encarrilar la eliminatoria Fernando Torres en un contragolpe bien llevado, pero el balón se estrelló contra el palo de la meta de Neuer.

Así se viste uno para acudir a una semifinal de la Champions League. Con el traje de gala, apretando, mordiendo, ayudando, corriendo… y marcando golazos. Así se presentó el Atlético de Madrid frente al Bayern Munich. Comiendo al rival por ganas y por fútbol. El equipo de Simeone siempre ha sido etiquetado como intenso por los contrarios, pero pocos esperaban que saliera con esa predisposición ante los alemanes.

Sorprendió la propuesta. Lejos de especular salió al campo a comerse vivo al Bayern. A los cinco minutos ya había finalizado cuatro ocasiones y a los diez, Saúl marcó un gol de bandera que le puede servir para colarse en la lista final para la Eurocopa. Se escapó de todo los rivales que le salieron al paso como si se tratase de Maradona y sacó de la chistera un disparo con efecto que superó al portero y besó la red.

Pero no solo por eso. Saúl lideró una ofensiva brutal contra los alemanes ante la incredulidad de Guardiola, que pedía una respuesta inmediata a sus jugadores. Imposible. Fue entonces cuando Griezmann pudo hacer el segundo pero se quedó sin fuelle cuando estaba más cerca de Neuer.

El Atlético se convirtió en un ciclón espoleado por lo que estaba pasando en el césped. Sólo disminuyó la intensidad en algunas fases de la primera parte y fue entonces cuando el Bayern comenzó a sacudirse el aliento de los rivales. Su mejor ocasión llegó en un contragolpe bien llevado al que Coman no supo dibujar un centro para cualquiera de los compañeros que le acompañaron en la fugaz estampida contra Oblak. Poco más, salvo una falta sacada por Douglas que casi sorprende al portero esloveno.

El repaso al descanso fue futbolístico y pasional. El Atlético firmó su mejores minutos en la Champions League, justo cuando llega lo bueno. Pero no hubo continuidad. Tras el receso, el Bayern salió con otro talante. Se hizo dueño del balón y metió el miedo en el cuerpo al rival con un disparo de Alaba que se estrelló de manera violenta contra el larguero de Oblak. El Calderón se calló y no volvería a recobrar el aliento hasta que Torres, en el único contragolpe, mandó el balón contra el palo a quince minutos para el final.

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