Grave accidente automovilístico se registró esta tarde en la colonia Las Flores, en Puerto Vallarta, afuera del Centro Internacional de Convenciones, luego del percance fallecieron una mujer y su hijo de apenas dos años de edad. El responsable del accidente es menor de edad y que quedó a disposición de las autoridades ministeriales.
El asunto fue reportado al número de emergencias 066 a las 16.55 horas, motivo por el que oficiales de la Policía Preventiva, de Vialidad y Bomberos acudieron a brindar auxilio. A su llegada se observaron a varias personas que trataban de auxiliar a una mujer que se encontraba prensada entre los barrotes del Centro de Convenciones y una camioneta CRV en color blanco con placas de Jalisco.
A un costado sobre unos barrotes derrumbados se encontraba el cuerpo sin vida de un pequeño de apenas dos años de edad. El deceso ocurrió a consecuencias de las severas lesiones que presentó en cráneo.
Los paramédicos trasladaron a la señora Benita Espindola Cobos de 42 años, vecina de la colonia Guadalupe Victoria, fue trasladada al hospital regional en donde un par de horas después falleció.
En el lugar fue detenido un adolescente de 16 años de edad, vecino del poblado Mezcales, Nayarit, conductor de la camioneta CRV, quien al parecer circulaba a exceso de velocidad por la avenida que conecta la central camionera con avenida Las Flores y al dar vuelta para ir hacia avenida México no logró controlar el volante y se subió a la banqueta del Centro de Convenciones por donde caminaba la señora Benita con sus tres hijos de dos, siete y 14 años de edad. La señora y su pequeño hijo fueron embestidos por el automotor, mientras que los otros dos infantes resultaron ilesos.
En el lugar se presentaron el Agente del Ministerio Público, René Ortega Roldán y personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, quienes se hicieron cargo de las diligencias.
Los dos niños ilesos en el accidente, fueron atendidos por las oficiales del Grupo de Atención Especializada a la Mujer, quienes les brindaron asistencia y los entregaron a su tía la señora María de la Luz Espindola Codo, quien se responsabilizó de ellos.