Fue todo demasiado escandaloso como para que no se haga una investigación. En un principio, la CONCACAF se hará cargo. El ente que rige una parte del fútbol de América confirmó que pondrá la lupa sobre lo que ocurrió en el partido entre México y Panamá, por las semifinales de la Copa Oro.
El árbitro estadounidense Mark Geiger le dio a México un penal que no fue (Román Torres, de Panamá, cayó de espaldas sobre la pelota; le cobraron mano) en una de las últimas jugadas del partido, cuando el equipo de Bolillo Gómez ganaba 1 a 0, con un hombre menos. Andrés Guardado lo transformó en gol y llevó el encuentro al tiempo extra, donde el juez también le dio un penal al Tri, aunque mucho menos polémico que el primero.
Tras el cobro, los jugadores de Panamá pretendieron irse del campo de juego. Luego del final, corrieron hacia el árbitro con la intención de agredirlo. Una imagen muestra una supuesta patada de Angel Patrick contra el árbitro.
Por su parte, el plantel de Panamá se mostró en el vestuario con banderas en las que acusó a la CONCACAF de ladrones. La Asociación de la Selección presentó una demanda en la que reclamó que se echara a la cúpula de árbitros del organismo.
“El Comité Disciplinario de la CONCACAF está revisando toda la información de los incidentes que ocurrieron durante las semifinales de la Copa Oro en el partido entre México y Panamá”, dice el comunicado. Y agrega: “Se realizará una investigación de acuerdo a los estatutos de CONCACAF y se determinará qué acciones se tomarán”.
El reglamento de la Copa Oro estipula que el Comité de Disciplina puede “sancionar, echar o descalificar a equipos, jugadores o integrantes de las Selecciones, además de impedir que los jugadores participen de una serie de partidos en torneos organizados por CONCACAF”.