Si a las mujeres nos preguntaran qué es lo que más queremos en la vida sería, y acéptenlo, no envejecer y comer todo lo que quisiéramos sin engordar. El segundo deseo es imposible, desgraciadamente. Pero el primero sí está en gran parte en tus manos. Cómo cuidas tu piel, cómo te alimentas y todo tu estilo de vida afectan en qué tanto y cómo envejeces.
Estos son algunas maneras de detener y prevenir el envejecimiento:
- Ponte bloqueador. Este consejo es como el “llega temprano” de tu mamá, y las mamás siempre saben por qué dicen las cosas. El sol es a la piel joven lo que las grasas saturadas al buen cuerpo. Si quieres tenerla impecable, es necesario que uses un protector de espectro amplio, que te proteja contra todos los tipos de rayos UV.
- Corrige a tiempo. Cuando te empiecen a salir manchas, que es poco tiempo después de los veinte, empieza a usar un suero con vitamina C y un producto con vitamina E. Esta combinación es ideal para combatir manchas, arrugas y líneas de expresión.
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Usa un cepillo. Los cepillos para la piel como el de Clarisonic, son buenísimos para deshacerte de células muertas sin la aspereza de un exfoliante fuerte. Es una herramienta que necesitas para liberar los poros y darle a tu piel la oportunidad de regenerarse.
- Come lípidos. Los espacios entre las células deben estar rellenos y apretados siempre. Con la edad empiezan a perder estructura, esta la puedes recuperar con una buena dieta. Integra aguacate, nueces, aceite de coco y otras grasas saludables en tu comida para reafirmar y mejorar el aspecto de tu piel.
- Cuidado con la almohada. Las fundas de almohada pueden ser tus peores enemigas, sacan arrugas y hacen que se marquen mucho más las líneas de expresión. Para no arriesgarte, te recomendamos usar fundas de seda o, si prefieres, puedes dormir boca arriba para proteger tu piel.
- Cuida las bolsas de los ojos. Esta imperfección es de lo que más años te puede poner encima. Por eso, cuida siempre los niveles de sal en tu dieta y toma muchísima agua. Debes evitar consumir mucho alcohol y lácteos.
- Sigue el orden correcto de tus productos: primero el limpiador, luego la crema para ojos, luego el suero, luego los humectantes y aceites. En el día tu último paso debe de ser el bloqueador, en la noche un retinoide.
- Mejora tus productos. Cuando eres joven no necesitas tanta ayuda de la ciencia. Pero cuando crezcas vale la pena invertir en lo que le aplicas a tu piel. Por eso busca productos buenos, que te recomienden personas que conoces o alguien en quien confíes, y déjate consentir por la magia de sus efectos.