Bruselas despertó un día después de los atentados con un mensaje de unidad y paz, escenificado en la concentración masiva en la céntrica plaza de la Bolsa, pero entre fuertes medidas de seguridad y con una importante presencia policial y del Ejército.
Centenares de personas llevan reunidas desde el martes en la plaza de la Bolsa, donde gente de todo el mundo ha depositado flores y velas en recuerdo a las víctimas y ha llenado el asfalto de banderas de decenas de países y de mensajes de solidaridad, tolerancia y paz escritos con tizas de colores.
En la concentración estuvo hoy Tyler Jones, estudiante estadounidense de intercambio en Bruselas que dijo a Efe que la mejor respuesta que la ciudadanía puede dar al terrorismo es “demostrarles que no tenemos miedo y que vamos a seguir disfrutando de nuestras vidas”.
Una postura que coincidía con muchos de los mensajes pintados en el suelo, como “La vie est belle” (La vida es bella) o “Bigger we’ll be” (Seremos más grandes).
Además, los bruselenses pidieron que no se estigmatice a la comunidad islámica, que, con mensajes de paz en árabe y banderas de países como el Líbano, estuvo muy presente en la concentración.
La plaza de la Bolsa, al igual que muchos puntos de la ciudad, está bajo fuerte presencia policial y del Ejército, como ya sucedió durante los días de noviembre en los que Bruselas estuvo en alerta máxima por riesgo de atentado terrorista tras los ataques de París del 13-N, con 130 muertos.
En las pocas paradas de metro que han reabierto, como la céntrica De Brouckère o la estación central, hay controles a la entrada en los que se registra exhaustivamente a los pasajeros y sus pertenencias.
Muchos temen que estas medidas, lejos de ser temporales, acaben por formar parte de la rutina, y otros apuestan por la normalidad.
Brian McGuire, periodista “freelance” de Belfast, indicó a Efe que, tras haber crecido con el conflicto en Irlanda del Norte, está seguro que lo mejor es “normalizar el día a día lo más rápido posible”.