El asesor de Cultura de la Dirección de Educación de Bahía de Banderas, Alejandro Martínez Osuna, aseguró que la tradición de instalar altares u ofrendas en honor a los muertos, personajes célebres o familiares, en el occidente y norte del país es una tradición relativamente reciente, que se da debido a que la secretaría federal de Educación insistió mucho en que se llevará a cabo la instalación de altares de muertos en todo el país.
Martínez Osuna observó que de la misma manera, en el estado de Nayarit la tradición de instalar altares de muertes es reciente, y en consecuencia todavía no existe una normatividad en el levantamiento de los mismos, ni en los significados de los elementos que los componen, que cambia entre región y región del país, incluso entre familias y familias de una misma localidad.
“Estuve en un recorrido que hicieron los niños de Lo de Marcos. Interesante que cada uno en su altar de muertos le daba diferentes significados a los elementos que había ahí. Quizá por desconocimiento o por ideas, pero es válido”.
Respecto a los elementos comunes de los arreglos, adornos, o de los altares de muertos, el experto en culturas populares puntualizó que las flores de cempasúchil son unas, y el uso de flores amarillas para ofrecer a los muertos son una constante en el país.
Recordó que hay mayor tradición sobre los homenajes a los muertos en estados como Michoacán, Hidalgo, o del centro del país, porque en la época precolombina hubo incluso el culto a los muertos, que con la entrada de la cristiandad se redujo a la conmemoración de los fieles difuntos, en lo que hoy se conoce como Día de los Muertos.
Entre los elementos que caracteriza a un altar de muertos son los alimentos y bebidas de que gustaba el difunto al que se dedica el monumento, su ropa y accesorios que utilizaba en vida, fotografías, y datos de la persona fallecida a la es dedicado el altar de muertos, además del uso de escalinatas, como las de cualquier altar en un templo católico, que se usa para poder ser visto.