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Hubo que esperar a los penaltis, tras 120 minutos agónicos, para que el Sevilla volviera alzar la Europa League, su tercera en la historia, con Beto y Kevin Gameiro como protagonistas, que cerraron la serie de penales con éxito ante el Benfica en el Juventus Stadium de Turín.
Benfica inició el encuentro dominando, tratando de aprovechar esos primeros minutos de desconcentración sevillana. El lateral Guilherme Siqueira se convirtió en un extremo más y sus saques de banda también llevaron los primeros sustos al marco de Beto.
Ya con el correr del partido, el Sevilla ganó metros y emparejó el encuentro.
En el descuento del primer acto pudo tener un desenlace dramático para el Sevilla. Maxi Pereira, que adelantó su posición tras la baja de Sulejmani, disparó en escasos metros de Beto, pero el arquero luso desvió el balón utilizando sus reflejos. Rodrigo tuvo una segunda oportunidad, pero otra vez surgió Beto.
El Benfica volvió a enchufarse en el segundo tiempo y una pérdida de Alberto Moreno se tradujo en un disparo cruzado de Lima que superó a Beto, pero surgió la pierna de Pareja. Rodrigo y el propio Lima forzaron al meta del Sevilla en la continuación, pero no hubo forma de encontrar la red.
En el minuto 78 la partida vivió a dar un nuevo giro para el Sevilla y el alemán Marko Marin ingresó por Reyes. Oxígeno en los tres cuartos para tratar de unirse a un incisivo Vitolo y encontrar a Bacca con verticalidad en los costados.
Otra vez Garay, esta vez en el tiempo añadido, tuvo la oportunidad dentro del área,pero la prórroga era irremediable. El tiempo extra tuvo un tiro libre de Lima, que rechazó Beto con los puños y una acción clarísima de Bacca, que tras una descolgada cruzo demasiado el disparo cuando los aficionados del Sevilla cantaban la anotación.
Ya en la serie de penales, otra vez Beto se erigió en héroe, como en los octavos de final frente al Real Betis. Paró a Óscar Cardozo el segundo disparo, a Rodrigo el tercero y Kevin Gameiro se encargó de llevar el delirio al sevillismo haciendo el 4-2 definitivo. El Sevilla alzó la Copa y Benfica sigue hundido en su maldición.
