Por Gloria Herrera
A mitad de las vacaciones de verano del 2016, Puerto Vallarta sigue lleno. Sus playas repletas de familias, parejas, niños jugando entre las olas, actividades acuáticas, bananas, motos acuáticas, parachutes, veleros entre otras atracciones y diversiones que el turismo encuentra como parte del atractivo de este paradisíaco lugar, que además de tener una naturaleza entre montañas, ríos y mar, cuenta con la sonrisa de la gente más sincera y reconocida mundialmente como “la ciudad más amigable del mundo”.
En entrevista a turistas en la Playa de los Muertos, Playa Camarones y por el centro, tanto en la Zona Romántica como en el malecón, opinaron en su mayoría que Puerto Vallarta es un lugar paradisíaco, que cuenta con una belleza única, les gusta la diversión nocturna, los paseos en lancha que los lleva a tour a las playas como Las Ánimas, Yelapa, Quimixto, aunque también hubo quienes dicen hace falta “La Playa del Amor”, incluso hay quienes dijeron están arrepentidos de venir en otras ocasiones y no haberla visitado.
El sazón de Puerto Vallarta apareció entre el tema más sonado. Calificativos como “exquisito”, “los mejores camarones”, “la mejor combinación entre frutas exóticas y platillos de mar”, fueron algunas de las respuestas hacia el arte culinario de este lugar de playa y montaña y exuberante vegetación.
¿Qué le hace falta a Puerto Vallarta?
Primeramente, “llegar más fácil”. La mayoría de los entrevistados viajan en auto, por lo que quienes llegan de Guadalajara, Jalisco por Chapalilla se quejaron del tiempo excesivo porque no hay autopista. Asimismo, quien viene de Nayarit o Sinaloa se encuentra con una zona difícil, que incluso el día de ayer un camión se volcó e impidió el paso, por lo que dicen llegan tarde a tomar el hotel y por ende pierden tiempo de disfrute.
Quisieran pasar menos tiempo en el tráfico del centro, ver un poco más limpio en ciertas zonas, aunque en general en cuanto las playas “están muy limpias, vemos mucha gente ir y venir, pese que los seres humanos a veces no todos cuidan el entorno, aquí pronto levantan lo que dejan, incluso he visto turistas que lo hacen”, mencionó una pareja que viene desde Sonora.
Los taxis para algunos resultaron abusivos, para otros creen que las tarifas son normales, jóvenes que se desplazan en camión: “Están medios locos los choferes, pero bueno eso no nos impide disfrutar”, mencionaron unos muchachos de Guadalajara que vacacionan por cuatro días.
En cuanto a la Playa del Amor
El presidente de la Asociación de Embarcaciones Turísticas de Puerto Vallarta, Saúl López Orozco, destacó que por el momento no se tienen facha para la apertura de la Playa del Amor, pero que se está trabajando por parte de la asociación para lograr la conservación, no sólo de dicha playa, sino de todas las islas en conjunto.
Indicó que desde mediados de julio pasado se está cobrando a todos los visitantes a las Islas Marietas una cuota de recuperación de 49 pesos que se utilizará en su totalidad para fines de conservación y ordenamiento de las Islas Marietas.
Esta cuota es adicional al impuesto federal que se ha venido cobrando hasta la actualidad, por concepto de visita al Parque Nacional por parte de la CONAMP que es de 31 pesos y el derecho de uso de la Terminal Portuaria Integral de 25 pesos.
Con los 41 pesos extra, los turistas que deseen visitar el lugar tendrán que pagar un total de impuestos de 105 pesos, esto sin contar el pago del viaje propiamente dicho.
Señaló que sólo se pagara en las Marietas, pero que en un momento determinada se buscarían esquemas de protección de la zona en las islas de Los Arcos y demás playas a las que se realizan los paseos turísticos en la región.
“Sabemos que no es muy probable que el 9 de agosto se abra, no es muy seguro, no lo estamos exigiendo, simplemente se están dando el ordenamiento que se requiere para que una vez que se abra, ya no exista la complicación por la cual se tomó la decisión de cerrarla”.
Señaló que algunas embarcaciones de Puerto Vallarta tomaron la decisión de cambiar sus rutas, debido a la poca afluencia que se registró desde el cierre hasta el presente; sin embargo, los más afectados fueron los prestadores de Punta de Mita, debido a que ellos prácticamente no podían explotar otras rutas por la distancia que esto representaba.