Los presidentes de Estados Unidos y México, Barack Obama y Enrique Peña Nieto, acordaron este jueves colocar de nuevo al comercio en el centro de sus relaciones y seguir colaborando en la lucha contra el narcotráfico mexicano a través de una nueva estrategia de seguridad.
El nuevo presidente Peña Nieto y el reelegido Obama se reunieron por primera vez en la capital mexicana y lanzaron el mensaje de que la seguridad dejará de ser el asunto que monopolice la agenda pública entre ambos países, como sucedió durante la mayor parte del mandato del anterior gobernante mexicano, Felipe Calderón, (2006-2012).
Nuestra intención es “hacer de la relación una que no sólo centre la atención en un solo tema, sino en una multitemática que nos permita aprovechar las fortalezas y potencialidades”, declaró Peña Nieto durante una rueda de prensa conjunta.
En su entrevista, celebrada en el Palacio Nacional del centro histórico de Ciudad de México, los mandatarios acordaron priorizar en los próximos años la integración de sus economías para ser más competitivos en el escenario internacional.
Para ello anunciaron la creación de un grupo de alto nivel que coordinará iniciativas económicas, al que se sumará el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, y que arrancará en la segunda mitad del año.
México es el segundo socio comercial de Estados Unidos y ambos países “tienen una de las relaciones económicas más grandes del mundo que ya ha rebasado los 500.000 millones de dólares” al año, destacó Obama.
El presidente estadounidense aterrizó este jueves en el aeropuerto de Ciudad de México, que suspendió actividades aéreas durante media hora, para una visita de 24 horas en la que también asistirá la noche del jueves a una cena privada ofrecida por Peña Nieto y ofrecerá el viernes un mensaje a jóvenes mexicanos
Antes de su llegada, el gobierno mexicano hizo pública su intención de presentar a Obama su nuevo planteamiento de cooperación para la lucha contra los cárteles narcotraficantes, que durante el mandato de Calderón incrementaron su violencia hasta el punto de que llegaron a registrarse en ese periodo más de 70.000 asesinatos vinculados al crimen organizado.
Respecto a la cooperación que ya existe con Estados Unidos, “a partir de la nueva estrategia lo que hemos buscado es ordenarla, institucionalizarla, establecer canales claros y únicos para esta cooperación”, describió Peña Nieto.
El gobierno de México quiere modificar el acceso directo que durante la presidencia de Calderón tuvieron las agencias estadounidenses de seguridad con sus contrapartes mexicanas encargadas del combate a los cárteles narcotraficantes, para que ahora tengan que pasar primero por la poderosa Secretaría (ministerio) de Gobernación, según explicó este jueves el propio titular de esa cartera, Miguel Ángel Osorio Chong.
Obama, cuyo país comparte más de 3.000 kilómetros de frontera con México, expresó su comprensión ante la decisión de cambiar la estrategia y ofreció mantener su colaboración.
“Creo que el presidente Peña Nieto y su equipo están revisando la visión de cómo abordar estas funciones de manera eficiente y colaboraremos de la manera que corresponda para que México se ocupe de sus problemas internamente”, prosiguió Obama, que de su lado se comprometió a seguir impulsando una nueva legislación para la venta de armas.
El presidente de Estados Unidos recordó la “excelente” relación que mantuvo con Calderón (Partido Acción Nacional, PAN), a quien apoyó en su despliegue militar contra el narcotráfico con el plan de ayuda conocido como Iniciativa Mérida, que presupuestó 1.900 millones de dólares para sofisticados equipos y entrenamiento.
El gobierno de Peña Nieto (Partido Revolucionario Institucional, PRI) está reevaluando el enfoque de ese plan para que esté en sintonía con su nueva estrategia contra el crimen organizado, cuyo principal objetivo es la reducción de la violencia y está fundamentada en un ambicioso programa social de prevención del delito y en mayor coordinación entre todos los niveles de gobierno.
“Combatir al crimen organizado y reducir la violencia no son objetivos que se contraponen. Más bien son objetivos que son parte de una misma estrategia”, afirmó Peña Nieto, que reconoció el apoyo dado por Washington.
En los primeros cinco meses de gobierno de Peña Nieto, los niveles de violencia en el país no se han reducido significativamente respecto al final del mandato de Calderón.
En cuanto a otro de los temas importantes de la visita, el presidente Obama se declaró “optimista” de que el Congreso apruebe la esperada reforma migratoria para legalizar la situación de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados, de los cuales se calcula que dos tercios son de origen mexicano.
“Es un tema de política interna de Estados Unidos y esperamos que tenga éxito”, se limitó a decir Peña Nieto.
Por la mañana, frente a la embajada estadounidense se concentraron unas 500 personas entre las que habían hombres y niños que dijeron haber sido deportados desde Estados Unidos y que pidieron a Obama que la reforma incluya la reunificación familiar.
Obama partirá el viernes a Costa Rica, donde asistirá a una cumbre con líderes centroamericanos y concluirá el sábado su primer viaje a América Latina desde su reelección de noviembre.