El uso de drones para fines académicos y científicos es una práctica que cada día cobra mayor relevancia en instituciones de educación superior y centros de investigación, y se extiende a campos del conocimiento tan diversos como la biología, la arqueología y las ciencias de la atmósfera.
Ello se debe, principalmente, a la versatilidad que supone el uso de esta tecnología cada vez más asequible al común de las personas: llegar a lugares inaccesibles sin necesidad de estar tripulado, poder cargar y tener equipo, tener sensores variados para capturar información y enviarla a distancia en tiempo real, entre otras.
Así lo dio a conocer la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, doctora Geneviève Lucet Lagrifoul, quien impartió la conferencia “Drones” como parte del programa de divulgación científica “Sábados en la ciencia”, con sede en el auditorio “Juan Luis Cifuentes” del Centro Universitario de la Costa (CUCosta).
Desde el año 2002, Lucet Lagrifoul utiliza las tecnologías de la información, tales como la realidad virtual, modelado 3D y diseño gráfico por computadora, para la enseñanza e investigación de arqueología prehispánica y conservación del patrimonio en sitios como Cacaxtla, Teotihuacán, Bonampak y Suchilquitongo.
El uso de los drones en el estudio de los mencionados sitios arqueológicos, ha permitido a la doctora en arquitectura por la UNAM realizar fotografía aérea con mayor precisión y trabajos de modelado de fotogrametría en cada zona.
“Lo que nos caracteriza ahora es buscar, conocer, entender… y el uso de los drones permite recopilar información”, asegura. “En la arquitectura prehispánica, mucha gente en México quiere saber cómo eran los antiguos habitantes de este País. Si entiendo la arquitectura del pasado, eso puede ayudar a nuevas soluciones arquitectónicas para el futuro”.
Sobre la popularidad del uso recreativo de los drones, la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM asegura, en entrevista, que el mayor riesgo reside en los accidentes que pueden ocurrir a consecuencia del descuido del usuario.
“Mucha gente compra drones y no se fija bien; no tienen una mala intención, pero fácilmente van a causar un accidente terrible por descuido. Ahí es donde veo más preocupación y por eso se tiene que legislar (su uso)”, explicó.
A diferencia de países como Francia, la actual legislación en México sobre el uso de drones es “básica”, dijo, y se limita a la observancia de ciertas restricciones de seguridad y protección para volar los aparatos en zonas urbanas, con el fin de prevenir accidentes con personas, vehículos o instalaciones públicas y privadas.
“La ley tiene que tomar en cuenta el derecho a la privacidad de la gente. Esto no estoy segura que lo contemple. Es decir, probablemente sean casos muy raros y por eso no se toma en cuenta, pero no hay derecho a estar vigilando al vecino”.
Por otro lado, la doctora Geneviève Lucet celebró que el uso de este tipo de tecnologías continué extendiéndose, que abra la posibilidad de potenciar su utilización para fines educativos y que sirva para acercar a niños y jóvenes a la ciencia.
“A nivel educativo hay muchas cosas que se pueden hacer con ellas. Es apasionante ver sensores, programación, construcción de periféricos… entender adentro cómo funcionan. Eso me parece un mundo apasionante y ojalá muchos se pongan a hacerlo a nivel estudios o para el fin de semana para divertirse”, finalizó.