Intentar ganar una elección no justifica la mentira y la violencia

Tenemos algo importante que decir sobre el detestable tono de las campañas políticas en jalisco.

Al inicio de la campaña, en congruencia con la forma de hacer política desde 2015, establecimos cinco compromisos de campaña enmarcados en la invitación #quelohaganmejor.

Uno de ellos, y por el que hoy estamos hablando, fue claro y contundente: paren la guerra sucia.

Nosotras hemos actuado en consecuencia con ese compromiso.

En cada debate, en cada foro, en cada pega de calcas, en cada casa por casa, en cada municipio de nuestro estado, nos hemos dedicado a hacerle saber a quienes nos dan la oportunidad de escucharnos las razones por las que consideramos que somos la mejor opción.

Nos hemos dedicado a asegurarnos de que cada voto que obtengamos sea por la convicción de estar votando por un verdadero cambio, que cada voto que logremos sea porque nuestras propuestas son sensatas, son realistas, son incluyentes y colectivas.

A cambio, los partidos políticos han hecho todo lo contrario.

Las fuerzas políticas de nuestro estado somos distintas porque en una democracia, y más en época electoral, es sano y necesario que se pongan sobre la mesa las diversas visiones de país y, sobretodo, las maneras diferentes de lograr esos objetivos trazados.

Pero es verdaderamente inadmisible, triste y desesperanzador que, en vez de llenar la conversación pública de buenas ideas, los partidos políticos la están llenando de señalamientos mentirosos, golpeteos ruines y violencia verbal.

Sabemos que esta dinámica surge de la frustración de ver como la fuerza de las personas crece cada día, sabemos que la motivación de esa búsqueda por sembrar odio y desconfianza es la respuesta instintiva a la posibilidad de que la política sea verdaderamente transparente, austera y cercana, que es lo que nosotros buscamos hacer.

Quienes lideran los partidos políticos en Jalisco y a nivel nacional están muy enojados con nosotros, porque nuestras convicciones no tienen precio, porque nuestra fuerza política no se vende. Sí construye, sí dialoga, sí asume las diferencias con responsabilidad y aún así, no se les quita el enojo, porque les hemos dicho una y otra vez que con ellos sólo vamos a construir acuerdos en beneficio de quienes buscamos representar y nunca en beneficio de sus compadres.

Están enojados porque en 2015, algunos de sus operadores de acarreo nos ofrecieron conseguirnos firmas necesarias para estar en la boleta, para que “no nos asolearamos tanto”, para deberles un favor y les dijimos que no.

Están enojados porque nuestra fuerza política no ha sido cooptada por nadie. Porque cuando me crucé con Salinas de Gortari, el 5 de noviembre de 2015 en un evento público, se acercó y no le regalé más de 3 minutos de mi tiempo y una fotografía, para que no tuviera ni la más mínima oportunidad de chantajearnos.

Están enojados porque en diciembre de 2015, en la Feria Internacional del Libro, Raúl Padilla me invitó a cenar en su casa con el Bronco y le dije no, para que ningún poder fáctico de nuestro estado tuviera el argumento de que me reuní con ellos, por debajo de la mesa, en silencio.

Están enojados, porque cuando impulsamos sin voto no hay dinero, Aristóteles Sandoval, gobernador de nuestro estado, me invitó a una de esas juntas que tiene en Casa Jalisco a puerta cerrada para pactar y, en cambio, le propusimos y  transmitimos toda la junta en vivo y en directo por Facebook, porque no tenemos absolutamente nada que esconder.

Están enojados porque el año pasado, líderes de partidos políticos que hoy presumen ser el cambio, me buscaron para ofrecerme cuotas, para que en las listas de plurinominales de sus partido entraran “los chavos que me acompañan” y les dije que no. Les dije que el permiso de aparecer en la boleta nos lo darían las personas firmando y que la oportunidad de tener una bancada, de sembrar un bosque en el poder legislativo, nos lo darán las personas con su voto.

Es muy triste que personas con las que me enorgullecía competir, se presten a este juego sucio. Merecemos que no nos traten de forma condescendiente solo por ser jóvenes y pensar diferente. Merecemos que nos tomen en serio y que nos traten con respeto, como nosotros los hacemos con ellos.

Nuestra fuerza política no se vende, no se copta, no se debe a nadie más que a quienes nos muestran su convencimiento todos los días en las calles. Nuestra fuerza política no se debe a nadie más que a ti, que estás viendo este video, y este es precisamente el momento de defenderla.

Ante cada mentira, ante cada golpe bajo, ante cada señalamiento condescendiente, te pedimos que hagas pública tu alegría, tu convicción, tu arrojo por cambiar este país. Ante cada cuenta falsa que hace un comentario nocivo, ante cada mensaje en whatsapp que busca vincularnos con un grupo de poder fáctico, ante cada ataque ruín en un debate o en un espacio público, te quiero pedir, por el bien de la democracia en este el país, que no lo respondas con el enojo y el miedo con el que lo difunden. Respondamos con una verdad contundente, pero alegre, con datos que sostengan que tenemos la razón, pero en el tono más amable posible.

Nuestro país está en una emergencia. La violencia mata y desaparece personas a diario y no puede ser la política un caldo de cultivo para más violencia.

Quienes no piensan como nosotros, quienes no están de acuerdo con nuestras propuestas, quienes tienen convicciones distintas a las nuestras, son valiosas, son valiosos y son necesarios para cambiar a este país, necesitamos convencerles, entenderles, no odiarles, no insultarles, no violentarlos.

Esto es algo que digo en cada uno de los espacios posibles a los que voy. A los partidos políticos les gusta decir que nos van a comprar, que nos van a cooptar, que nos van a callar y he escuchado que dicen hasta que nos van a matar. Y aquí estamos, no tenemos precio, no tenemos vínculos con poderosos aunque, vamos a señalar cada acto de corrupción que veamos y seguiremos vivas, vivos, sin miedo, porque si algo me pasa a mi, si algo le pasa a una de las personas de esta fuerza política, los que hoy promueven la violencia tendrán que asumir su responsabilidad.

El día después de la elección, el país va a seguir aquí y nos va exigir estar a la altura de lo que hoy nos convoca a todas las personas en México: recuperar la política, el futuro, y la paz de nuestro país. Hoy más que nunca estamos decididos. Vamos a Reemplazarles y seremos un bosque.

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