El turismo sustentable es una “doble fantasía” en un destino como Puerto Vallarta, en donde el 90 por ciento de los hoteles ofrece planes todo incluido y sólo llega a la sociedad una mínima parte de la riqueza y el bienestar generados por este; advirtió el profesor investigador del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), doctor Edmundo Andrade Romo.
El turismo como actividad económica, reconoció, es una fuente de generación de empleos. Sin embargo, el empleo en sí mismo no es un sinónimo de sustentabilidad, sino un recurso inmediato para satisfacer una alta marginación social.
Así lo explicó Andrade Romo, como parte de su participación en la mesa “Acciones estratégicas para la interacción de la comunidad y el turismo sustentable” con sede en el CUCosta y organizada por la Comisión de Desarrollo Regional del Congreso del Estado de Jalisco, que preside la diputada local Mónica Almeida López.
“El turismo en México está pensado para las grandes transnacionales. La gente deja sus lugares, sus raíces, su identidad, su cultura, por venir (a emplearse) por unos pesos; porque vienen a Vallarta por el mínimo. Esto quiere decir que dejaron lo pésimo. Esa es nuestra realidad. Eso es lo que ofrece el turismo: empleo para el mínimo”.
El inconveniente con el actual modelo de turismo supuestamente “sustentable” radica, desde el ámbito social y cultural, en que esos ingresos al mínimo se traducirán eventualmente en un máximo de problemáticas tales como inseguridad, violencia y delincuencia, así como un deterioro de los recursos naturales y culturales.
El jefe del Departamento de Artes, Educación y Humanidades del CUCosta precisó que el turismo es una actividad económica que, dependiendo del sistema en el que esté, va a repartir su riqueza.
En el caso concreto de Puerto Vallarta, la gran mayoría de los hoteles es todo incluido: “Un todo incluido se gana todo y se lo lleva todo. A la sociedad de Puerto Vallarta sólo le llega el mínimo: salario mínimo, riqueza mínima, bienestar mínimo… Entonces, ¿cuál turismo sustentable?”, cuestionó.
El Jorullo: ejemplo de turismo social
El ejido El Jorullo en Puerto Vallarta destaca, de acuerdo al académico, como un modelo exitoso de turismo social participativo en contraparte al turismo internacional corporativo que promueve y privilegia el todo incluido.
“El ejido El Jorullo, a través de la figura del cooperativismo, logra posicionarse y se vuelve un caso exitoso en turismo. Ellos no están pensando en un empleo del mínimo, ellos están pensando, como comunidad, en el máximo: ¿hasta dónde podemos llegar?”.
El éxito de los ejidatarios de El Jorullo ha sido su apuesta a convertirse en empresarios sociales sin dejar de ser campesinos y fomentar el auto-empleo entre los habitantes de la propia comunidad.
De haber apostado a transitar hacia un modelo de empresa privada, a decir de Andrade Romo, los ejidatarios mismos hubieran propiciado la pobreza de la comunidad al sustentar su actividad económica en la necesidad de un empleo basado en el salario mínimo.
La mesa “Acciones estratégicas para la interacción de la comunidad y el turismo sustentable” contó con la participación de académicos e investigadores de esta Casa de Estudio, funcionarios municipales del sector turístico Puerto Vallarta y la región, y la diputada local por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Mónica Almeida López.