Para Mireya del Rocío Cuevas sacar adelante a su hijo Juanito Jiménez de seis años quien padece discapacidad intelectual es un gran esfuerzo diario, ya que se dedica a labores de limpieza y no siempre tiene trabajo. Juanito está integrado al Centro de Atención Múltiple CAM 21, donde recibe educación especial y fue uno de los pequeños beneficiados en el programa de becas de la coordinación de protección y atención a personas con discapacidad PAID del Sistema DIF, que encabeza la presidenta del organismo, Magaly Fregoso Ortiz.
La mañana de ayer, los 29 pequeños integrados en el programa de becas se reunieron en la explanada de las nuevas instalaciones de DIF Puerto Vallarta para conocer a sus padrinos y recibir de ellos lo que fue su primer apoyo que consiste en una aportación de 350 pesos mensuales, mismos que serán destinados principalmente a solventar gastos de transporte para que los menores acudan a sus centros educativos.
Magaly Fregoso Ortiz, presidenta de la institución, dio la bienvenida a los padrinos, la gran mayoría de ellos regidores y funcionarios de la actual administración y de DIF, encabezando la lista el propio alcalde Ramón Guerrero quien becó de manera personal a la pequeña Priscila Contreras quien padece autismo.
Durante el evento de entrega de becas, los padrinos tuvieron la oportunidad de conocer a sus ahijados, platicar con los papás y conocer de cerca sus necesidades, haciendo con ellos el compromiso de seguir y apoyar de cerca su desarrollo físico e intelectual en base a las terapias y apoyo educativo que reciben en sus planteles escolares.
Los 29 ahijados entregaron una tarjeta de agradecimiento a sus padrinos con sus datos generales, mientras la presidenta de DIF resaltó la importancia del apoyo emocional y económico que representa para las familias la atención que brinda el programa de PAID bajo la coordinación de Eduardo Castillón, Luz García y Meli Vega y agregó “su ayuda a estas familias es muy importante, la mayoría son de escasos recursos y gastan hasta 48 pesos diarios como es el caso de la pequeña Gabriela Cibrián quien es sordomuda y viene desde Las Palmas a nuestra escuela de Silentes en la colonia Coapinole, por lo cual debe tomar dos camiones y viene siempre acompañada de su papá o mamá quienes se dedican al campo. Les agradezco y los invito a seguir colaborando, pues muchas veces esa poca o mucha ayuda puede ser la gran diferencia en sus vidas”, finalizó Fregoso Ortiz para enseguida compartir con ahijados y padrinos un pequeño refrigerio.