Un total de 162 personas de distintas nacionalidades que estaban privadas de su libertad en cuatro campamentos rurales en los límites de Sáric, Sonora, fueron liberados por el Ejército Mexicano en un operativo.
El rescate ocurrió el pasado 3 de abril, de acuerdo con un comunicado emitido por la 45 Zona Militar.
De las personas liberadas 97 son mexicanos, 60 guatemaltecos, tres hondureños y dos salvadoreños, aunque el boletín oficial no detalló sexo ni edades de los liberados. Tampoco señaló si los extranjeros se encontraban en calidad de indocumentados.
Sáric es un municipio fronterizo que colinda con Arizona, en los Estados Unidos. Se trata de una región reconocida por la actividad de grupos criminales transnacionales, dedicados al trasiego de armas, dinero, droga y personas entre ambos países.
En las últimas dos semanas, en la misma región se han presentado ataques hacia supuestos “mulas”, es decir personas que prestan sus servicios al crimen organizado cuya función es pasar droga a pie por lugares inhóspitos. En uno de esos eventos siete hombres murieron en una emboscada; en el segundo, registrado la semana pasada, el saldo fue de un hombre muerto.
El estado de Sonora se encuentra entre las entidades de mayor riesgo para los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, según han señalado autoridades y organismos de derechos humanos.
Entre los casos de migrantes secuestrados que han sido reportados por la prensa se encuentra el de dos migrantes que fueron rescatados por policías municipales el pasado 4 de abril, es decir tan sólo un día después de la liberación de 162 personas por parte del Ejército. Los migrantes había llegado a hospedarse a un hotel, donde un sujeto les ofreció ayuda y los trasladó a un domicilio de la colonia Lomas de Nogales, donde los migrantes fueron golpeados.
El 12 de junio de 2013, la Policía Federal y el Instituto Nacional de Migración (INM) rescataron en Nogales a 58 indocumentados de Guatemala, El Salvador y la India, quienes permanecían cautivos en un domicilio de ese municipio.
Menos de un año antes, el 7 de octubre de 2011, agentes del INM habían rescatado a 38 migrantes, quienes fueron abandonados por traficantes de personas en el desierto de Sonora.
Pero las víctimas de secuestro no son únicamente migrantes de otros países, sino también mexicanos provenientes de otros estados, como fue el caso de 54 jornaleros poblanos que fueron secuestrados en Caborca por un grupo delictivo. Los jornaleros lograron escapar y denunciaron que sus captores les habían ofrecido un trabajo bien remunerado en Sonora.
Durante la temporada de pizca de uva a Sonora llegan 57 mil jornaleros provenientes de Puebla, Chiapas, Veracruz, Guerrero y Zacatecas, a laborar en 59 empresas agrícolas que tienen tres campos cada una, según declaró en mayo de 2011 la coordinadora del Departamento de Movilidad Laboral del Servicio Nacional del Empleo (SNE) al periódico local El Imparcial.
Ese mismo año, se documentaron las condiciones de vida y los abusos que padecen los jornaleros migrantes en Sonora, entre ellos el trabajo infantil en jornadas de más de 12 horas y la muerte de menores de edad en los campos agrícolas.