La directora de la prisión de Topo Chico, en la ciudad de Monterrey (norte de México), que fue escenario el jueves pasado de un motín saldado con 49 muertos y 12 heridos, fue detenida por homicidio calificado y abuso de autoridad, informó la procuraduría de la entidad.
Junto con Gregoria Salazar Robles, las autoridades detuvieron a otros dos funcionarios: Jesús Fernando Domínguez Jaramillo, que desempeñaba el cargo de Subcomisario de Administración Penitenciaria y José Reyes Hernández Aguilar, custodio del penal.
Al primero se le atribuyó, al igual que a la directora, el delito de homicidio calificado y abuso de autoridad, mientras que a Hernández se le imputó únicamente el de homicidio calificado, explicó el procurador de Justicia de Nuevo León, Roberto Flores Treviño, según recoge un comunicado de prensa.
“El día de hoy se llevaron a cabo en el Palacio de Justicia las audiencias de imputación, vinculación, plazo de cierre y medidas cautelares”, detalló el funcionario.
Además, Flores Treviño dijo que ya fueron identificados cinco de los nueve fallecidos de los que se desconocían sus nombres. Los cuerpos de dos de ellos fueron entregados a sus familiares.
El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, apodado “el Bronco”, afirmó el pasado jueves que el incidente se produjo por una pelea entre dos grupos de internos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, el “Credo”, y Juan Pedro Salvador Saldívar Farías, el “Z27”.
La riña se produjo en las áreas C2 y C3 del penal, uno de los más antiguos y con exceso de población del estado.
Las bandas se enfrentaron con armas punzocortantes, botellas, bates y palos luego de prender fuego en los almacenes de comida, que se extendió a las celdas.
El día de los hechos, políticos de diferentes partidos mexicanos pidieron que se cesara e investigara a la directora, así como a los funcionarios que pudieron tener responsabilidad en los hechos.