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Sandy Arenas
Ante la contingencia por el Covid19 y las medidas para abatir su propagación, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, Arnulfo Ortega Contreras, hizo un llamado a no perder la fe y la confianza, un llamado a la reflexión para buscar a Dios y pedir su socorro en estos momentos difíciles para todos.
Entrevistado para recoger el sentir del líder empresarial ante los últimos acontecimientos, de expansión del coronavirus y del cierre generalizado de establecimientos no prioritarios, que afecta a la principal actividad del destino turístico, ponderó la esperanza, la fe, la confianza, y la oración para poder salir adelante.
—¿Cómo ve usted como empresario la situación que estamos viviendo en estos momentos en el municipio y en la región?
“Cómo la veo: Compleja, difícil. Pero mi voz, que puede decirle a todo ciudadano de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, pues que mantengamos la calma y la esperanza, y que principalmente, en estos momentos voltear a los cielos, y pedir auxilio y oportuno socorro; esto nos tiene que dar confianza y esperanza para hacer mejor las cosas. Entonces, creo yo que no tenemos que perder la fe y ni la confianza”.
El empresario agradeció a Dios que el destino y la región se encuentren aún libre del coronavirus, lamentó que se estén registrando despidos de personal por efecto de las medidas sanitarias, llamó a la unidad de todos los sectores, y destacó la obediencia a las autoridades para aplicar las medidas de prevención a fin de evitar el riesgo de contraer y/o propagar el coronavirus Covid19.
“Estamos viviendo momentos críticos, donde debemos mantener con más fortaleza la unidad empresarial, tanto gobierno, sector educativo, y también el ciudadano. Creo que los empresarios tenemos que hablar con nuestros colaboradores, pero a la vez con nuestra familia: que seamos cada vez más responsables, y corresponsables de las cosas que nos solicita nuestra autoridad”.
“En nuestro caso estamos enfrentando la situación con asesoría, con capacitación, con hacer de la mejor manera las cosas. Al momento que el gobierno nos indique cerrar, pues cerrar; no podemos rebelarnos ante la autoridad con un evento de esta magnitud. Hasta este momento no hemos recibido que debamos que cerrar, como tampoco las tortillerías, las carnicerías, los mercados, las panaderías; pero en el momento que sea necesario vamos a tener que hacerlo; esperemos que no. Pero estamos en la mejor disposición de acatar las instrucciones de nuestros gobernantes, para cuidar la salud de nuestras familias y de nuestros vecinos, a nuestros trabajadores y ciudadanos”, dijo.
Por último, el dirigente empresarial de la región de Puerto Vallarta y de Bahía de Banderas consideró que ahora es momento de reflexionar, e invitó a dar un giro en la manera de proceder para que todos seamos más humanos, para mejorar las condiciones de vida y aprovechar la oportunidad que ahora se nos presenta de ayudar al prójimo. “Es un momento de reflexionar internamente como seres humanos, y que este sacudimiento que nos ayude para bien, para mejorar nuestras condiciones de vida, a que seamos más humanos todos, y que tengamos la oportunidad de ayudar más al prójimo, que también no nos materialicemos tanto con la riqueza; aportemos a esa responsabilidad social que tanto hace falta en este momento en el mundo”.
“Busquemos a Dios. Primeramente: Él tiene la última palabra, el control de la vida y de la muerte; pero también tiene sus oídos atentos para quienes confían en Él y claman a Él, creo es momento de elevar oraciones al Señor, para que pueda responder, y pueda cubrirnos rápidamente, y cubrir al mundo entero. Así como nos unimos en oraciones ante el huracán Patricia y que Dios nos concedió esa petición, de la misma forma invitar a todo mundo a elevar nuestras oraciones para que pueda guardarnos y guardar a todos aquellos que están padeciendo temor”, finalizó.
El huracán Patricia, al que aludió Ortega Contreras, amenazó con impactar en Puerto Vallarta en el mes de octubre de 2015, con vientos máximos de 345 kilómetros por hora, pero al final se desvaneció, y su trayectoria se desvió muy hacia municipios de Costa Alegre, en áreas no urbanas casi despobladas. El mismo presidente de la República de entonces, Enrique Peña Nieto, celebró la fe del pueblo de México ante el desastre que se vislumbraba.
