A 188 años de su muerte, autoridades civiles y militares, encabezadas por el presidente municipal Arturo Dávalos Peña, rindieron honores a la memoria de Vicente Guerrero, quien fuera parte vital en la consumación de la independencia del país y fusilado el 14 de febrero de 1831 en Villa de Cuilapan, Oaxaca.
En esta ocasión correspondió a la regidora Laurel Carrillo Ventura, dar lectura a la ficha histórica, en la que recordó que en noviembre de 1810, Vicente Ramón Guerrero, se uniría al movimiento independentista, sirviendo en el regimiento de Hermenegildo Galeana; participó en la acción de Izúcar, peleó al lado de Morelos en la toma de Oaxaca y alentó el movimiento en el sur de Puebla.
Carrillo Ventura, señaló que en 1816, Guerrero era el único caudillo que continuaba combatiendo a los realistas por lo que “a principios de 1819, ante la fuerza que cobrara la insurgencia, el virrey Juan Ruiz de Apodaca, envió a Pedro Guerrero, padre del caudillo, a persuadir a su hijo de que depusiera las armas a cambio de conservarle el grado de general y de una fuerte cantidad de dinero. Fue entonces que Vicente Guerrero pronunció la famosa frase: ‘La Patria es primero’”.
El caudillo –continuó- percibió que la independencia sólo sería factible si era impulsada desde dentro del cuerpo virreinal, es decir, mediante el pronunciamiento del mismo ejército realista; de esta manera, Guerrero accedió a negociar con Agustín de Iturbide y aceptar sus propuestas para la independencia del país, siendo las condiciones del jefe realista que la nación siguiera siendo católica, que fuera gobernada por una monarquía moderada y que se declarara la unión íntima de americanos y europeos.
“Al conseguir el acuerdo con Guerrero, Iturbide lanzó el 24 de febrero de 1821, la Proclama y el Plan de Iguala. El 10 de marzo siguiente, Guerrero cedió el mando de sus fuerzas al nuevo general el jefe del Ejército de las Tres Garantías. Al consumarse la independencia, el 27 de septiembre de 1821, con la entrada de Iturbide a la Ciudad de México, se reconoció a Vicente Guerrero el grado de general, asimismo le fue confiada la capitanía militar del sur del país y concedida la Gran Cruz de la Orden de Guadalupe”, precisó.
En 1828, tras el pronunciamiento del Plan de Perote por Antonio López de Santa Anna, que desconocía la elección de Manuel Gómez Pedraza como presidente, se designó a Guerrero en el cargo, permaneciendo en él sólo ocho meses y medio, pues el general Anastasio Bustamanete, que era el vicepresidente, se pronunció contra él.
Indicó que fue así como el 1 de enero de 1830, Anastasio Bustamante ocupó la presidencia fundándose en su calidad de vicepresidente, y el congreso inhabilitó a Guerrero, declarándolo “imposibilitado para gobernar la República”. Bustamante, por conducto se su ministro de Guerra y Marina, pagó cincuenta mil pesos en oro al marino genovés Francisco Picaluga para que secuestrara a Guerrero, siendo el 15 de enero de 1831, tomado prisionero en el bergantín El Colombo, anclado en Acapulco. Guerrero fue entonces trasladado a Villa de Cuilapan, Oaxaca, donde fue condenado a muerte y fusilado el 14 de febrero de ese mismo año.