Cómo escribir un libro a base de tuits y no morir en el intento

Decir que Twitter es un espacio para los chistes o los aforismos no es nada nuevo. Hay quien incluso se pone en plan poeta y muestra sus dotes de rapsoda en 140 caracteres. Componer uno solo está bien, pero es algo que ya demostró Augusto Monterroso muchos años antes de que el pajarito comenzara a gorjear. El mérito en estos días reside en convertirlo en una rutina, escribir un relato de más envergadura o toda una novela a base de pequeños mensajes.

¿Cómo se consigue eso? Hemos hablado con varios escritores, en inglés y español, para que nos cuenten sus trucos y experiencias, que van desde el microrrelato hasta la novela corta pura y dura.

Un clásico en esta literatura en 140 caracteres es ’Small Places’ , del americanoNicholas Belardes. Es una novela corta sobre la vida de varios personajes que comenzó a tuitear en abril de 2008 y terminó en marzo de 2010. Según explica a HojaDeRouter.com, desde el momento en que se unió a Twitter, allá por 2007 , “empecé a hacerme algunas preguntas importantes sobre la conexión entre literatura y tecnología. ¿Podría usarse esta nueva red social como una plataforma de publicación más allá de ser una forma de ‘hablar’ con otros?”. Apenas un año después, ya estaba manos a la obra.

Belardes explica que el proceso de escritura y publicación fue muy “natural”: “Algunas veces preparaba los tuits justo antes de enviarlos. Normalmente en pequeños grupos de 2-4 tuits”. Además, tenía escrita ya parte de una novela, un trabajo previo que aprovechó para esta aventura. La reescribió, se deshizo de fragmentos y la “moldeó” hasta convertirla en algo nuevo. En medio, realizó varios “descansos prolongados”.

Sus 35 mil palabras se transformaron en 900 tuits. En crear una publicación se tardan pocos minutos, afirma Belardes, pero en trazar los arcos narrativos estuvo los dos años. ”Muy rara vez preparaba los tuits antes de tiempo. Y ese es un problema que veo con muchas novelas de Twitter, ya que muchas están previamente escritas. Y eso no es usar Twitter como plataforma experimental, sino como promoción barata”.

Otro escritor, en este caso de una adaptación, fue Jay Bushman con su ’The Good Captain’ , una versión de la novela corta ’Benito Cereno’ de Herman Merville, el autor de ‘Moby Dick’. No era un escritor ajeno para Bushman, pues ya había preparado un guion trasladando la historia de la legendaria ballena al terreno de la ciencia ficción. ‘Benito Cereno’ cuenta la historia de un personaje real, el capitán Amasa Delano, que asiste a la toma de un barco español por parte de los esclavos a los que tiene capturados.

El que la historia estuviera contada en primera persona, desde la perspectiva de quien lo ve todo, fue una de las razones que motivó a Bushman a adaptarla en Twitter, pues el usuario de la red social siente también que está ante los hechos. En su caso, sí escribió primero toda la historia: “Adapté la trama de ‘Benito Cereno’ al mundo de ciencia ficción que había creado, escribí un resumen de toda historia y luego la dividí en pedazos. Después partí estos pedazos en mensajes individuales”.

El truco que él usó para dividir estos mensajes fue crear un sencillo procesador de textos que solo permitía insertar 140 caracteres en dos líneas de texto. Según él, resulta más fácil escribir así, pues el escritor se acostumbra a pensar que tiene que rellenar dos líneas en vez de 140 caracteres. Eso sí, hay que usar un tipo de letra monoespaciado , como la Courier (la clásica de los guiones y máquinas de escribir).

Bushman cuenta que todo el proceso de adaptación le llevó tres meses. Como Belardes, comenzó a publicar los tuits manualmente, sin programación de por medio: ocho o doce al día, cinco veces a la semana. Tardó unos cuatro meses en publicar toda la adaptación.

Aunque el también productor transmedia (ha hecho trabajos para ’Silicon Valley’ o’Juego de tronos’ ) califica la experiencia de “gratificante e instructiva”, cree que no la repetiría de la misma manera. Le ve otras posibilidades: “La naturaleza de la plataforma está ligada a un personaje, identidad o voz. Las novelas a menudo usan la tercera persona, el punto de vista objetivo. Y a pesar de que eso puede funcionar en Twitter, creo que la plataforma es mucho más poderosa si usas múltiples cuentas para retratar diferentes voces . En otras palabras, no veo Twitter como un medio de prosa, sino como un medio dramático” . De hecho, su trabajo posterior se ha centrado en usar Twitter como si de los diálogos de una obra de teatro se tratase: pedía a los usuarios que usaran sus cuentas para hacerse pasar por un personaje.

Recomienda la experiencia a cualquier escritor con agallas: “Le diría que tomara algo pequeño, un relato corto mejor que una novela, y que lo haga. Aunque nadie te lea, aprenderás un montón”.

#TWITTERATURA

La propia plataforma del pájaro azul se ha enamorado del arte de contar historias. Desde que Twitter dio sus primeros pasos en 2007 hasta hoy, escribir ficción en el servicio ha sido una constante. La empresa celebra un Twitter Fiction Festival desde 2014. En él se dan cita los amantes del ‘storytelling’ con el fin de experimentar nuevos formatos para contar historias.

Una de las participantes en la última edición es española. Rosa del Blanco es periodista y asesora de comunicación. Hace años, cuando Twitter estaba en pañales, comenzó a escribir microrrelatos en 140 caracteres. Incluso, los comenzó a ordenar en una misma etiqueta, #twitteratura . Cuando se enteró de la existencia del Fiction Festival, presentó su candidatura (con una selección de su obra traducida al inglés) y resultó elegida. Durante los dos días de la concentración, publicó varios poemas y relatos.

De hecho, es el microrrelato su especialidad, aunque no descarta publicar novelas o historias más largas en el futuro. ¿Cómo surgen las ideas para escribir? ”Tienes una idea, una ráfaga, una palabra o ves algo que te emociona en la calle y a partir de ahí lo resumes”. Además, hay que “ dejar mucho a la imaginación del lector. El microrrelato deja todo abierto”, sin olvidar “transmitir emoción” en lo que haces ni, por supuesto, las propias limitaciones del formato: “Tienes que ser más preciso y no te puede sobrar nada”. Lo que haya “tiene que ser necesario y tener una función”.

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