Una deflagración a media tarde del martes en una mina de carbón de la provincia de Manisa, al oeste de Turquía, provocó el derrumbe de varias galerías. Según informó de madrugada el ministro de Energía, Taner Yildiz, hay por el momento 166 mineros muertos y 80 heridos, cuatro de ellos en estado crítico. En el instante del accidente según Yildiz, había 787 trabajadores dentro de la mina. Es la mayor tragedia minera desde la muerte de 250 trabajadores en Zonguldak en 1992.
Las horas siguientes a la detonación se convirtieron en una lucha dramática a contrarreloj para rescatar a los que quedaban dentro, que salían con cuentagotas y entre lágrimas de hollín del agujero negro. Yildiz indicó que ya se han rescatado 363 mineros. Equipos de bomberos, especialistas de la Autoridad Carbonera de Turquía y unidades de la Media Luna Roja se desplazaron hasta el distrito de Soma, donde tuvo lugar el suceso.
“El fuego está generando problemas, pero se está bombeando oxígeno en las zonas de la mina no afectadas”, explicó a la prensa durante la tarde del martes el ministro de Energía, Taner Yildiz. La falta de electricidad dejó las entrañas de la mina a oscuras e inutilizó los sistemas de elevación, cosa que dificultó las tareas de salvamento.