Del Río Ameca, en Puerto Vallarta, Jalisco, a la Laguna El Quelele en Bahía de Banderas, Nayarit, podrían habitar entre 250 y 300 cocodrilos, que es poca cantidad si se considera que prevalecen las amenazas constantes por depredadores naturales, el crecimiento urbano y el ataque de seres humanos a tales especímenes.
A pesar de este panorama, en la región no existe un plan de manejo de cocodrilos, lamentó el Responsable Técnico de UMA Reptilario Cipactli del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), doctor Helios Hernández Hurtado, quien agregó que en la zona sólo hay 45 cocodrilos adultos que miden más de dos metros.
Respecto al número de nidos, no rebasan la docena, lo que representa también una baja cantidad. Además, hay alrededor de 100 cocodrilos jóvenes. Se estima que un cocodrilo por cada 100 llega a adulto, aunque esa cifra podría ser menor en la zona, subrayó y matizó también no debe haber un crecimiento exponencial de la especie.
“En los últimos ocho años llevamos más de 15 cocodrilos muertos, todos mayores a dos y medio metros. Han muerto atropellados, macheteados, o capturados con anzuelos hechos con varillas de construcción”, y hasta algunos baleados.
El académico e investigador comentó que han trabajado con alrededor de 120 individuos recién nacidos. Fueron marcados, liberados en el ecosistema y se sabía dónde estaban. En cinco meses “se había perdido 85 por ciento de la población”, denunció.
Hernández Hurtado explicó que esta región es una zona de cocodrilos. El cocodrilo de río (Crocodylus acutus) es la especie que más abunda en la región y en el Pacífico mexicano.
Detalló que hay diversos factores que impiden a los cocodrilos llegar a su etapa adulta, como los depredadores naturales: cangrejos, aves, peces, perros, tejones, entre otros; además, el desarrollo de infraestructura ha fragmentado sus sitios de tránsito y hábitat.
Respecto a la presión humana, explicó: “Hemos encontrado nidos a donde la gente, en un síndrome de locura y destrucción, llegan y matan a todos. Hemos encontrado toda una nidada, cerca de 35 cocodrilos aplastados”.
Dio a conocer que del 4 al 12 de septiembre especialistas movieron a nueve cocodrilos por parte del Municipio de Puerto Vallarta y otros siete u ocho por parte de Bahía de Banderas, que entre sus filas se encuentran algunos egresados del CUCosta.
“Esto que hacen los ayuntamientos es mucho esfuerzo, no les corresponde, sino a la Semarnat y a la Profepa, que prácticamente están rebasados”, consideró.
Sobre un presunto ataque de un cocodrilo a un poblador, lamentó que esto haya ocurrido. Agregó que en esta época de lluvia se dispersan los cocodrilos por el agua, por lo que la ciudadanía debe extremar precauciones y no acercarse a lugares donde habitan los reptiles, que son principalmente esteros y márgenes de ríos.
Convocó a las autoridades federales y estatales a lograr una mayor planeación y coordinación, y no sólo tener un protocolo de accidentes. La ciudadanía deberá de respetar a estos seres vivos, seguir las indicaciones como no nadar o acercarse al bordo del agua; además de no alimentarlos y no intentar capturar las crías.
“95 por ciento de ataques se dan cuando la gente está en el bordo o en el agua. Si no tenemos ese cuidado, vamos a tener problemas”, dijo.
Concluyó que si hay información los cocodrilos dejarán de ser un peligro y lo convertiremos en un atractivo turístico.