Chivas golea a Puebla

La paciencia es una virtud poco comprendida en México y Chivas la ha sabido tener en este torneo. Hace no más de tres semanas todavía existían dudas sobre su permanencia o siquiera la posibilidad de pensar en la Liguilla. Hoy, en Guadalajara se habla de otras cosas, de nuevas ilusiones, de figuras emergentes y de las victorias que tienen al equipo librado matemáticamente del descenso y hasta entre los mejores ocho del torneo. El Rebaño despertó y ahora simplemente festeja. En Puebla repitió la dosis y salió con tres puntos del Cuauhtémoc. Victoria categórica.

El juego de conjunto se entendió en Chivas. Ya no se habla de un solo jugador para llegar a los goles o para salvarlos en su defecto. Todos se agruparon, pelean por igual, corren a la par y disfrutan del presente. Ya no hay más dudas o posibilidades de caer a Liga de Ascenso. Chivas es de Primera y lo demostró en Puebla.

Tres goles anotados, ninguno recibido, Omar Bravo se reconcilió con las redes y hasta ‘Chofis’ López falló un penalti. Fue un encuentro que rozó la perfección para los rojiblancos. En Puebla hace un año dio un paso importante para librarse del descenso y en esta ocasión repitió la fórmula para sentenciar esa batalla y ahora pensar en la Liguilla.

En el Rebaño apostaron por la continuidad y la paciencia. El resultado, hasta ahora, son tres victorias al hilo y un impulso de Liguilla. En Chivas hay hambre de victorias. No más especulaciones. Carlos Cisneros fue el primero en reflejarlo. Un disparo desde fuera del área que se dirigió al ángulo de Villaseñor, fue el ejemplo. Cuando hay confianza se intenta de todo y ahora terminó en festejo.

Lo que sobraba en el cuadro de Almeyda, faltaba en los dirigidos por Pablo Marini. El Puebla no puso mucha resistencia. Intentó dar algunos avisos, pero ninguno fue tan claro como para vencer a Rodolfo Cota.

La insistencia del Guadalajara volvió para el segundo tiempo. Carlos Peña probó varias veces en los primeros 45 minutos, pero se quedó cerca de las redes.

Ya en el complemento, Ángel Zaldívar ingresó al área y alcanzó a definir sobre el cuerpo de Villaseñor para poner el segundo en el marcador. La batalla estaba sentenciada. Tanto por goles como por emociones.

Patricio Araujo metió las manos para evitar un gol de Bravo y terminó expulsado, además de que le brindó la posibilidad de que se aumentara el marcador. La prueba desde los once pasos la tomó el hombre del momento, Eduardo Javier López, con la espera de ver las redes de nueva cuenta. Tomó impulso, fijó la mirada y falló. No todo podía ser perfecto para el Guadalajara y para el joven futbolista que causó sensación en las dos jornadas pasadas.

Si Bravo se quedó cerca de romper su marca de cinco meses sin anotar, tan solo esperó unos minutos más para ello. Ya no apareció Araujo para meter las manos y Villaseñor tampoco pudo hacer mucho para evitarlo. Omar celebró eufórico. Ya se contagió del equipo y también acertó. Triunfo contundente para enterrar esos demonios del descenso y levantar la esperanza de Liguilla. Chivas ya piensa en otras cosas.

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