Al centro o afuera     

Marisú Ramírez
La confusión que se genera por la diversidad de información, teorías y conocimientos; puede derivar en el descubrimiento de que muchas creencias probadas, comprobadas y aceptadas como verdades absolutas, en un momento dado no lo son y que en algún punto del camino reconocemos que no eran más que postulados y conceptos aceptados como realidad. Este fenómeno se expone muy bien en el “Mito de la caverna” de Platón, como alegoría de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento.
Derivado de esta situación, el caos surge de la experimentación por casi todos los seres humanos al percibir cambios severos y dramáticos en nuestro entendimiento y en nuestra forma de ver nuestra propia realidad. Conforme avanza la ciencia y la tecnología, el velo se corre muy fácilmente, los mitos colapsan, lo que puede ser traumático para los que no se están preparando y permanecen en el denso y obsoleto sistema de creencias, aceptando, confiando, creyendo ciegamente lo que se percibe como realidad.
Abrirse, fluir y asumir que la realidad está formada por conceptos ilusorios de dualidad y separación, la mayoría de las veces con cuestiones difíciles de aceptar. Reconocer que nuestras acciones han sido negativas y egoístas, sin tener en cuenta que la culpa y el remordimiento son emociones basadas en un falso sentido del ser.
Se menciona bastante que las malas experiencias deberían ser tomadas como oportunidades de crecimiento espiritual. En contrapartida, el mundo seguirá juzgando las malas acciones. El problema está entonces en la interacción de experiencias que debe sobrellevar cada ser humano para lograr un verdadero desarrollo evolutivo.
Los viajes son para llevarnos a un punto específico, no para viajar indefinidamente, y eso es lo que estamos haciendo los seres humanos; queremos seguir viajando interminablemente porque no tenemos claro nuestro punto de llegada, nuestro objetivo en la vida. Es como girar interminablemente en la periferia de un círculo, sabiendo que nuestro objetivo está en el centro, tampoco fuera de él.
La identificación del ser con el ser, el flujo puede tener lugar en todos los niveles, dedicando tiempo para abrir los sentidos, los mensajes llegan por diversos canales, literalmente los estamos ignorando. Se recurre a la negación incesante, sin tomarse el tiempo de conocer, el que conoce afirma y puede probar y sólo entonces se estará en posición de aseverar que el mensaje no es verdadero.
La clave está en fluir, abrir los sentidos para que los mensajes penetren hasta la conciencia, descubrir que todo fluye, no desde, sino a través de uno mismo. Dios no da abundancia, sino que Dios es abundancia. Dios es Energía y la energía nos lleva al bienestar, a la sabiduría material, intelectual y espiritual.
La verdad que representa a los sucesos aparentemente ordinarios de la vida se abre y se entrena a la mente a nuevas formas de interpretar. Nuestro ser se ve atraído por lo que ya está presente en la conciencia. Las experiencias de los que viven completamente en el sistema de creencias tradicionales, no dejan de tener un parloteo mental sin llegar a concreción alguna.
No después de tantos años de estudio, de clases y de libros; sin lograr avanzar un ápice en el proceso para el desarrollo evolutivo del ser. La evolución espiritual debe ser un proceso al liberar a la persona de su influencia física, mental, emocional o espiritual. El cuerpo físico no podría soportar toda la plenitud de la energía de la Luz de una sola vez.
Las energías de la ilusión aún siguen dominando a la mayoría en el mundo  porque las creencias limitantes se manifiestan como lastres. Es hora de introducirse en la verdad y practicarla. No buscarla externamente.
La evasión puede costar mucho tiempo y el tiempo, sabemos no existe o es relativo, lo que encuentra su fundamento en la “Teoría del desdoblamiento del tiempo” creada por el físico francés Jean Pierre Garnier Malet, quien sostiene que tenemos dos tiempos diferentes: “…al mismo tiempo, un segundo en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en otro tiempo imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente. Y no somos conscientes de esto”
Finalmente, los estados iniciales de vivir la verdad son a menudo de pensar y actuar desde los hábitos de los métodos tradicionales a los que estamos acostumbrados, con un gran esfuerzo para corregir procesos de pensamiento obsoletos y carentes de realidad. centrometodoholistico@gmail.com

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