La espera de 32 años de Uruguay terminó: la Celeste volvió a coronarse en el fútbol masculino de los Juegos Panamericanos.
Un gol de tiro libre del defensor Brian Lozano, a los 11 minutos, fue más que suficiente para que Uruguay derrotase el domingo a México 1-0 y se alzara con un oro que no conseguía desde Caracas 1983.
De paso es la única presea dorada que se llevan los uruguayos de Toronto.
México, que venía a revalidar el título que ganó hace cuatro años en Guadalajara, se quedó esta vez con la plata. Brasil aseguró en la víspera la de bronce al derrotar a Panamá 3-1.
Los mexicanos terminaron con diez hombres por la expulsión a los 86 del defensor Jordan Silva por doble amonestación.
México tuvo un amplio dominio del balón durante toda la primera mitad, aunque el llevar la iniciativa no se tradujo en goles. De hecho, el Tri apenas probó al marco rival con un disparo manso desde fuera del área de Jorge Espericueta a los 30.
Uruguay se plantó bien en defensa y cortó siempre el avance del rival en el último cuarto de cancha. Se animó más a contragolpear y fue por allí en que encontró temprano la ruta para el tiro libre del gol, tras un falta de Espericueta contra Ignacio González.
Lozano definió preciso a un ángulo para su segundo tanto en el torneo.
Tras una breve hidratación en un día soleado y de alta humedad en el estadio de Hamilton, México siguió buscando la manera de romper el cerco uruguayo, pero los defensores charrúas no dieron libertades.
Espericueta, uno de los más punzantes, se animó en un desborde por la izquierda y estrelló un centro en el palo, en lo que fue la última jugada que arrancó emociones en las tribunas en la primera mitad.
Uruguay quería más y adelantó líneas desde el arranque del complemento y dio varios sustos a México, como a los 58 con un remate de Michael Santos a quemarropa que tapó Lajud tras una pelota fortuita que le llegó al charrúa en el área. El mismo delantero enfiló con peligro poco antes obligando a un defensa a sacarle el balón.
México casi encuentra el de la paridad minutos después en un tiro de esquina peinado por un uruguayo que fue a dar a los pies del delantero Ángel Zaldívar, quien no pudo pegarle bien cerca del arco, en un partido fue ganando más emociones en ambas porterías.
A los 74, un cabezazo del propio Zaldívar a centro por la derecha pasó rayando el horizontal, en la última llegada de peligro de los mexicanos. González tuvo la ocasión para finiquitar en tiempo de reposición con un desborde por la izquierda pero su remate fue a las manos del portero mexicano.