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La creciente captación turística del módulo de servicios pesqueros de la presa Calderón y el incremento en la captura de tilapias en el embalse El Salto, en Valle de Guadalupe, así como la sostenida afluencia turística en la presa La Vega, son ejemplos exitosos de combinación afortunada de la pesca y el turismo, expresó la titular de la Dirección de Acuacultura de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (SEDER), Adriana Dueñas López.
Este esquema de pesca-turismo es una muestra de la alternativa exitosa para fortalecer la producción pesquera en aguas continentales, junto con el impulso al turismo con un enfoque sustentable. El movimiento turístico comprende la pesca deportiva, el campismo o la visita recreativa de fin de semana, sobre todo en los lugares cercanos a la zona conurbada de Guadalajara o de otras poblaciones, que en conjunto con la captura pesquera genera derrama económica en el medio rural.
Ante el éxito exhibido en los embalses de Calderón (municipio de Zapotlanejo), Valle de Guadalupe y La Vega (municipio de Teuchitlán), Dueñas López expresó que ahora el reto es consolidar los avances que se han logrado, mediante los esfuerzos de las cooperativas de pescadores, en coordinación con los tres ámbitos de gobierno: federación, estado y municipios involucrados.
Entre los datos significativos de los avances en estos módulos, la titular mencionó el volumen promedio de más 200 toneladas que comercializa la cooperativa pesquera de Valle de Guadalupe, en buenas condiciones de precio con sus compradores, lo que ha generado 30 empleos fijos en las operaciones de captura y extracción de vísceras de las tilapias.
En el caso de la presa Calderón, destaca el movimiento turístico de los fines de semana en un restaurante —propiedad de los cooperativistas— instalado junto a un pequeño muelle flotante, además de una captura anual de 100 toneladas promedio, mientras que la cooperativa de La Vega logró ya la comercialización anual de 180 toneladas de tilapia.
Entre los retos del sector acuícola de Jalisco, también se prevé el impulso a grupos organizados de pescadores y de pesca deportiva, para detonar los módulos de otros embalses, como los casos de las presas de Cajón de Peña (Tomatlán), Trigomil (Unión de Tula-Ayutla) y El Carrizo (Tamazula), para fomentar el esquema pesca-turismo, que ha mostrado ser exitoso si los involucrados hacen su tarea.
Añadió que la construcción y equipamiento de cada centro de servicios pesqueros implica un costo promedio de siete millones de pesos, que varía según las condiciones del terreno de cada lugar.
