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Con la bandera nacional ondeando a toda asta, la mañana de este martes autoridades civiles, militares y ciudadanos de Puerto Vallarta, encabezados por el presidente municipal, Arturo Dávalos Peña, conmemoraron el aniversario de la toma de Puebla, ocurrido el 2 de abril de 1867 por el Ejército Republicano de Oriente, a cargo del general Porfirio Díaz.
La síndico municipal del cabildo infantil 2019 – 2020, Ana Paola Cortés Aguirre, fue la oradora oficial de esta ceremonia, quien rememoró este suceso histórico en donde el Ejército Republicano de Oriente, tomó la ciudad de Puebla que era defendida por los partidarios del emperador Maximiliano y algunos legionarios austriacos, “últimos restos del ejército invasor, mayoritariamente francés, que había sido combatido sin descanso por los mexicanos hasta obligarlos a abandonar el país”.
Destacó que este hecho “acabó con las últimas esperanzas de los imperialistas, reduciéndolos a las ciudades de México y Querétaro, imposibilitando su estrategia ofensiva, por lo que justamente se considera el penúltimo acto de la gran gesta que en la década de 1860 afirmó nuestra nacionalidad”.
Recordó los orígenes de esta gesta, cuando en 1862 el ejército francés intervino en nuestro territorio, y tras ser derrotado el 5 de mayo de ese año en Puebla y hacer frente a una heroica resistencia del ejército mexicano en esa ciudad, logró ocupar la capital de la República e impuso a un príncipe extranjero, Maximiliano de Austria, como emperador, con el respaldo del ejército francés y destacamentos menores de belgas, austríacos y un importante sector de la sociedad mexicana.
No obstante, la mayoría de los mexicanos respaldaban la legalidad republicana encarnada por el presidente Benito Juárez, quien se mantuvo firme en la adversidad y a lo largo de todo el territorio nacional, muchos mexicanos se armaron y organizaron para repeler la agresión extranjera, uniéndose en cuatro grandes ejércitos: el Norte, encabezado por Mariano Escobedo; el del Centro, del general Vicente Riva Palacio; el de Occidente, de don Ramón Corona; y el de Oriente, puesto a las órdenes de Porfirio Díaz.
Señaló que mientras los tres primeros fueron acorralando en Querétaro a Maximiliano y sus partidarios, el Ejército de Oriente, puso sitio a Puebla, cuyos defensores eran parte fundamental de un ejército que, luego de derrotar a Díaz, corriera al auxilio de Maximiliano. Díaz ordenó un sorpresivo y bien pensado ataque que acabó con la resistencia de los defensores de Puebla, persiguiendo de cerca al otro ejército enemigo hasta encerrarlo en la ciudad de México.
Esto desencadenó la posterior renuncia de Maximiliano para consolidar definitivamente el modelo republicano, democrático, representativo y federal como forma de gobierno en México
