Del Bosque apostó por repetir el mismo once de los dos partidos anteriores. La clasificación estaba ya amarrada pero el salmantino quería evitar a toda costa a Italia en octavos de final. El once era el de gala pero pronto se resintió en lo físico.
Aún así, la apuesta pareció exitosa en los primeros compases del partido y ‘La Roja’ logró ponerse por delante en el minuto 7 de partido gracias a una nueva aparición estelar de Morata, que iguala a Bale con tres goles como máximo artillero del torneo. Silva dejó solo a Cesc y el catalán puso el pase de la muerte para que la empujara el delantero.
Croacia notaba las ausencias de Modric en la sala de máquinas y Mandzukic como estilete. Rakitic y Perisic se multiplicaban para tirar de su equipo y el jugador del Barcelona tuvo el empate en sus botas en un disparo al larguero que acabó botando justo encima de la línea. El susto no despertó a una España adormecida con su ventaja y lo acabó pagando.
Al filo del descanso, Perisic ganó la línea de fondo a Juanfran y la puso con precisión al primer palo donde Kalinic se adelantó a la zaga española para mandar el balón a las mallas con un preciso remate con la espuela.
Tras el paso por vestuarios, Croacia redobló esfuerzos y tuvo el 2-1 en un par de jugadas a balón parada que mostraron algunos nervios en De Gea y la zaga pero Rakitic y compañía perdonaron y España volvió a tomar el mando gracias a la entrada de Bruno Soriano y Aduriz.
Sin embargo, Ramos no tuvo su día de cara a gol. El capitán mandó fuera por muy poco un remate de cabeza marca de la casa y después erró un penalti inexistente que el árbitro pitó por un empujón a Silva.
A España se le escaparon sus mejores opciones y Croacia fue la que acabó castigando con una contra veloz que definió de forma magistral Perisic para convertir a su equipo en primera de grupo y obligar a España a medirse en octavos de final con Italia.