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Una de las grandes manifestaciones de fe que se da en México es la llamada peregrinación de “Los Favorecidos”, la cual atrae a más de 30 mil personas en Puerto Vallarta, Jalisco México, los días 12 de diciembre de cada año.
El testimonio de tres sobrevivientes al grupo de 35 peregrinos, que en el mes de junio de 1946 viajaban hacia Puerto Vallarta, provenientes de la capital del país, y que tuvieron un accidente en la carretera, da cuenta de la efectividad de la fe en la Virgen de Guadalupe, que salvó la vida de los fieles católicos que habían aceptado acudir a la ciudad de México a invitación del padre Rafael Parra. A este acontecimiento de fe, de este grupo de peregrinos, se atribuye el origen de la devoción de los fieles favorecidos, de acudir a dar gracias a la Virgen de Guadalupe, cada día 12 de diciembre.
Del aludido accidente, que ocurrió hace ya 73 años, viven aún tres personas, ellas son: Emma Bernal Torres, que en aquel momento tenía siete años; y las hermanas Consuelo y Josefina Munguía García, quienes entonces contaban con 17 y 14 años, de manera respectiva.
“Recuerdo que yo venía sentada a un lado del señor Bernardo Gradilla, a un lado mi mamá, cuando pasó el accidente, este… yo venía dormida, pero con los brincos que daban pues yo desperté y ya vi que todos habían bajado de la camioneta, que estaba detenida en un montón de tierra, a un lado del camino. Ahí se detuvo la camioneta, y recuerdo bien que estaba como la mitad de la camioneta ya volando, con las llantas todavía girándole”, rememoró una de las testigos del milagroso momento en que se salvaron de caer al barranco.
Los peregrinos, que al llamado del señor cura en aquel momento, Rafael Parra, decidieron hacer el viaje, mismo que duró varios días hasta la ciudad de México, debido a que en aquel entonces se construía la carretera federal 200, prácticamente viajaron sin novedad; hasta el regreso, ya muy cerca de Puerto Vallarta, fue que tuvieron el accidente.
Sin embargo, no todo fue prodigioso para los viajeros, toda vez que uno de éstos, que se había integrado apenas en Guadalajara, un empleado de recaudación que les había pedido un aventón para Puerto Vallarta, el señor Donaciano Prado, resultó muerto en el lugar del siniestro.
“Como era el 12 de junio, el cumpleaños de mi papá, cuando ya nos abrió y que ya llegamos, yo lo abracé y le dije: Muchos días de estos, y él me dice, qué muchos días de estos.. Es que ellos ya estaban enterados del accidente, porque en el accidente falleció el señor Prado, que era empleado en rentas aquí en Vallarta. Mi tío ¨Lencho¨ Torres como trabajaba en la presidencia se enteró del accidente y se mortificaron que había fallecido el señor Prado en un accidente, que había sufrido la camioneta de Agapito Medina, donde ahí veníamos. Entonces ellos iban a salir; mi papá y mi tío ¨Lencho¨ iban a salir (a ver) que había pasado con nosotros”, dijo Emma Bernal Torres, una de las testigos que aún vive, y que recuerda con fidelidad lo acontecido a los peregrinos del 12 de junio de 1946.
Las tres mujeres coincidieron que la camioneta paró su camino hacia el barranco cuando entre los que iban en el vehículo comenzaron a implorar ayuda a la morenita del Tepeyac. “Al gritar ¡Virgen de Guadalupe! la camioneta se detuvo, fue un milagro que vimos, todos, todo mundo lo vio. Y el chofer yo creo que no era tan creyente, fue él quien, dando gracias a la Virgen, diciéndole ¨Los Agradecidos¨”, dio testimonio Alicia Munguía García.
Es así que desde entonces cada año se une más y más gente a las peregrinaciones de Puerto Vallarta, que se llevan a cabo del día uno al doce de diciembre, en las que participan fieles procedentes de todas las localidades próximas al destino, y de las diferentes agrupaciones, escuelas, negocios y hoteles. Se estima una afluencia acumulada de unos 180 mil peregrinos en este año. Pero la peregrinación más numerosa es la de “Los Favorecidos”.
