¿Y tú, proteges lo que más quieres?

Opinión No.14sábado 22 de marzo de 2014

 

¿Y tú, proteges lo que más quieres?

Para comprender la seguridad no hay que enfrentarse a ella, sino incorporarla a uno mismo.Alan Watts

Por Marisú Ramírez

Puerto Vallarta, Jal.  Me paro en un crucero de esos que hay aquí con más tránsito de lo que cualquier avenida de cualquier ciudad quisiera contener, espero a que llegue mi autobús, me siento y de inmediato observo un niño asomándose por la ventanilla de un auto, otro parado en el asiento delantero haciendo equilibrio para no caerse, allá en aquella camioneta otros dos disputándose una pelota brincando de un lado a otro, mientras su mamá habla por celular y conduce. No hay que hacer más, basta con pararte en un crucero y observar; sí, solamente observar al interior de los vehículos para darse cuenta de la cantidad de niños que son transportados por sus padres sin ningún tipo de protección.

Es en este sentido que  la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda aplicar medidas de prevención para abatir el número de accidentes automovilísticos donde participan  niños menores de 10 años, dado que  cada día este tipo de percances  cobra en el mundo la vida de dos mil 300 menores, en nuestro país se reportan 260 casos diariamente; cifra impresionante si consideramos que se podrían evitar  si  fuéramos más cuidadosos con lo que más amamos: nuestros pequeños.

Cuando ocurre un accidente la mayoría de los niños que sobreviven quedan lisiados de por vida, se nos olvida que no hay prótesis para el alma; los siniestros automovilísticos encabezan la lista de las causas más comunes, le siguen  ahogamiento, quemaduras,  caídas y envenenamiento, para mencionar solamente algunos.

En los accidentes existen dos tipos de pérdida, la del ser querido y la moral,  cuando deja secuelas aquello que pudo haberse evitado.  Es  importante prender focos rojos en una sociedad a la que no le interesa resguardar la seguridad de sus seres queridos, fundamentalmente los niños, porque los “adultos” no llegan a medir las consecuencias de un percance automovilístico. Accidentes que llevan al suplicio permanente, secuelas si se sobrevive, o la muerte, que deja una huella imborrable en la mente de los que pudiendo evitar  con la prevención hicieron oídos sordos.

El uso de cinturones de seguridad, sillas especiales u otro aditamento que se coloque en  los asientos de los vehículos, resultan seguros para resguardar la vida de los pequeños.  Gastamos cantidades exorbitantes en juguetes, pero cuando se trata de aplicar dinero para  adquirir este tipo de accesorios que brinden seguridad a nuestros hijos, los gastos nos parecen gigantescos; la mayoría de las ocasiones ni siquiera se considera  la posibilidad de la adquisición de uno de estos dispositivos de seguridad.

Actuar de manera irresponsable niega nuestro amor a nuestros hijos. No basta con decir que los amas, con irresponsabilidad solo ganarás frustraciones y pérdidas irreparables.  En México somos muy dados a la arrogancia, sin considerar que los accidentes ocurren, vivimos en un mundo donde el alcohol, las drogas, el exceso de velocidad, la negligencia y la corrupción juegan un papel dominante, y solamente lo podremos evitar ordenándonos nosotros mismos, dejar de culpar a las autoridades; no es la  casualidad,  es nuestra responsabilidad la que los pondrá a salvo.masryram@msn.com

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