Tradicional pescado “embarazado” para dominguear

Por Gloria Herrera

Uno de los más deliciosos platillos de la región es el llamado pescado “embarazado” (juego de palabras de “en vara asado”), el cual se vende popularmente en diferentes playas de Puerto Vallarta, en el que la gente puede oler el delicioso aroma de la mezcla de leña y el producto final.

Aunque en algunos lugares, dicho platillo es preparado con algunos tipos de adobo, en otros sitios prefieren dejarlo prácticamente al natural, tan sólo condimentándolo con sal marina y mucho amor al producto.

Tal es el caso del señor José Luis Bobadilla, quien creció viendo cómo su padre Tomás preparaba esta delicia, siempre ofreciendo buena calidad, al ser producto fresco el que vendía, en eso radicaba todo el sabor, por lo que tienen más de 30 años de ver como su familia se dedica a la elaboración del pescado “embarazado”.

En ese sentido, el señor José Luis enfático indicó “Es natural con pura sal y es fresco el pescado recién sacado, tiene que ser as, para que sepa bien”.

Sobre la procedencia del producto manifestó que una parte es sacado en Boca de Tomates, otra parte en Punta de Mita y en otros puntos de la región, pero con la consigna de que debe ser siempre fresco.

Sobre cómo se inició su familia en el negocio señaló: “Mi papá vendía en Las Juntas y Boca de Tomates y nosotros como aquí vivimos, pues aquí vendemos también”.

El negocio se encuentra ubicado a un costado de la carretera Puerto Vallarta-Las Palmas, justo en la entrada del camino que conduce a la Arena Vallarta, unos cuantos metros antes de la población de El Colorado, aunque el negocio no tiene nombre.

Los precios de las varitas fluctúan entre los 50 y 70 pesos, dependiendo el tamaño del pescado que está incrustado en ella misma.

Indicó que dentro del domicilio también venden pescado crudo como son curvina, guachinango, liza macho, sierra cruda, filete de bota, etc., siempre fresco.

Señaló que cada pescado “embarazado” pesa como mínimo medio kilo y de ahí para arriba.

Recordó con añoranza a su familia “nosotros vivimos muchos años en Boca de Tomates y ellos pescaban y toda la vida ellos lo pescaban y lo asaban a sí, ya mi papá murió y nosotros seguimos vendiendo”.

Por su parte, la señora Roxana Obregón señaló que continuamente va al lugar a comer, ya que es muy rico el pescado, por lo que recomienda a la gente acudir con su familia a disfrutar del delicioso producto.

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