Perdón ineludible

* El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió. – Madre Teresa de Calcuta

Por Marisú Ramírez

La lectura de un artículo, trajo a mi mente la manera en que las reconciliaciones se realizaban en mi pueblo, allá por la zona cristera en los Altos de Jalisco.  Si por alguna razón tenías una riña con alguien, llámese hermano, compañero de clase, amigo, primo, o simple conocido; algún adulto nos enfrentaba y solicitaba que ambos nos pidiéramos perdón -aquí no cabe la corrección ortográfica de “ofrecer disculpas” que algunos eruditos en lenguaje nos señalan, -no debemos pedir disculpas, sino ofrecerlas- sino que literalmente debías pedir perdón a tu contrincante sin importar si eras el ofendido o el agresor, ambos debíamos pedir perdón.

¡Vaya! Evocar esas imágenes me produjo un regocijo tal, que derivó en estas palabras que comparto con ustedes. Funcionaba, si; esta vieja práctica sí funcionaba. Recuerdo como a los pocos minutos ambos nos encontrábamos jugando de nuevo y sin resentimientos. Sin duda, bellos momentos.

Sabia virtud de perdonar

El tema del perdón tiene profundas connotaciones teológicas, sin olvidar sus implicaciones sociales y jurídicas. Desde el punto de vista teológico encontramos que al cometer un pecado debemos realizar un acto de expiación, el acto más sublime que encontramos al respecto es la expiación que Jesucristo realiza en favor de los seres humanos para obtener el perdón divino.

Desde el punto de vista social, el perdón es una de las más grandes virtudes humanas y posiblemente la más valiente de las acciones, en la medida en que intenta lo aparentemente imposible —deshacer o resarcir  lo que ha sido hecho— y consigue un nuevo comienzo donde todo parecía haber concluido; es una acción única y culmina en un solo acto: indulgencia.

 

Desde el punto de vista jurídico, el perdón tiene severas implicaciones que derivan en complicadas connotaciones de reivindicación.  Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos cometemos nefastos actos de barbarie, terrorismo y crímenes atroces; donde los sistemas jurídicos resultan avasallados por la corrupción y la deslealtad social, donde  prolifera la repugnancia y la indignación de amplios sectores sociales al ver impunemente por las calles a criminales no arrepentidos.

El cielo en tu alma

El perdón es una decisión unilateral, una elección del corazón. Es un acto sublime, donde nace una expresión de amor, donde no significa estar de acuerdo con el hecho mismo; no es quitarle importancia al suceso, ni darle la razón a alguien que te lastimó.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó con entereza y sabiduría donde la recompensa es la paz interior. Es un intento por sentirnos a gusto en el mundo, donde no es necesario que hagamos fiesta para reconciliarnos con el enemigo. Concluyo con esta inmensa frase de Martin Luther King “Sueño con el día en que el bien derrotado vencerá al mal triunfante”. masryram@msn.com

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